Con la subasta ciega, previa a la que tendrá lugar en Casa África de Las Palmas de Gran Canaria, se persigue permitir al máximo la participación, facilitando a los visitantes a la exposición “Calabazas para el agua” la posibilidad de pujar por la/s calabaza/s de su elección, así como premiar la generosidad y el talento de los 64 artistas participantes, obteniendo la máxima recaudación a favor de la educación y formación a todas las comunidades atendidas por la ONGD Escuelas de Wara Wara en Sierra Leona, África.

En una subasta ciega, las personas depositan la puja máxima que están dispuestas a pagar por una pieza de las expuestas. Al final de los catorce días de la puja, se hace una lista de las piezas junto al valor de la puja máxima ofrecida.

Las 20 piezas de las pujas más altas de la subasta ciega pasarán a la subasta cerrada en el Auditorio de Casa África. Dicha puja representa el precio de salida de la pieza en la subasta que se celebrará en Casa África. Si no se supera, la pieza corresponde al pujante de la subasta ciega.

Entre los artistas que han participado en esta iniciativa del centro dependiente de la Consejería de Cultura del Cabildo de Gran Canaria figuran Ángel Sánchez, José Antonio García Álvarez, Cristóbal Guerra, Félix Juan Bordes, Manolo Ruiz, Manolo González, José del Rosario, Toño Patallo, Pilar Rodiles, Jorge Ortega, Gabriel Ortuño, Fernando Álamo, Fátima Suleiman, Miguel Panadero, Alfonso Crujera, Hildegard Hahn, Reinado Sola o Pepe Dámaso.

El propio Antonio Padrón no fue ajeno la fascinación que provocan las calabazas. Las suyas ocupan un lugar destacado dentro de la exposición pintadas de negro lustroso, con estrías longitudinales, de gris plata e intenso rojo. La combinación de negro y rojo es ancestral: son colores primigenios muy presentes en la decoración de cerámica neolítica y aborigen canaria: noche y sangre

La muestra permanecerá abierta hasta 27 de noviembre en la casa-museo (Calle Capitán Quesada, 3) y se enmarca dentro de su filosofía de promover la responsabilidad social fomentando la colaboración y cooperación entre instituciones y entidades que comparten fines como la cohesión social, la igualdad o la solidaridad.

En este caso concreto, un pozo de agua puede cambiar de manera notable la vida de los niños y niñas con los que trabajan las Escuelas de Wara Wara. Por un lado permite un mejor acceso a los recursos hídricos y mejora la higiene y la salubridad. Por otro, facilita la escolarización de los menores que se ven obligados a recorrer grandes distancias para conseguir agua, un problema que afecta de manera especial a las niñas.

DESCARGUE AQUÍ LAS INSTRUCCIONES DE LA SUBASTA CIEGA.

Comentarios

  1. Hay que felicitar a los gestores de la Casa Museo Antonio Padrón por tan excelente iniciativa, un proyecto solidario con el que merece la pena implicarse.

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