El personal forestal del Cabildo de Gran Canaria ha iniciado la temporada de quemas prescritas en la cumbre, principal método de prevención de incendios forestales, por lo que la población apreciará desde distintos puntos de la isla columnas de humo por las que no se debe preocupar.

Los trabajos comenzaron en la zona de Las Mesas, por encima de la zona recreativa, y afectó a 3 hectáreas. Cinco equipos Presa de la Consejería de Medio Ambiente, un total de 18 personas, llevaron a cabo el primer fuego controlado, que solo se puede acometer en determinadas circunstancias climatológicas favorables, como la considerable humedad de esta época del año en la cumbre.

Las quemas prescritas o “fuego técnico” son necesarios para reducir la carga de vegetación seca y la virulencia del fuego en verano, lo que se suma a que también son beneficiosos para la activación de procesos ecológicos esenciales. Gran Canaria es pionera en esta técnica y ha instruido en ella a los equipos de la Unidad Militar de Emergencias (UME)

Así, los equipos Presa han aclarado la zona de pinares, compuesto por pinar canario y pinar de radiata, una especie exótica que se ha cortado para, posteriormente, restaurar la zona con pino canario. Parte de los restos se consumió en la quema prescrita y no quedará a expensas de un fuego del verano. Una vez realizado el trabajo, la zona se repoblará enriqueciéndola con especies como fallas o pinos.

Un cortafuego que cruza Gran Canaria

Además, las quemas crean una zona que actúa como cortafuegos para que los incendios que provengan del norte se detengan y no alcance la cumbre ni la zona sur. El cortafuegos comienza en Tamadaba y cruza toda la isla por Artenara, la Cruz de Tejeda, llega a la zona de Los Pechos y baja en dirección a la Caldera de Los Marteles.

Actualmente, los equipos Presa están realizando trabajos de aclarado y quemas prescritas en La Degollada de Becerra y en La Degollada de los Molinos. Además de ocuparse del mantenimiento de la zona de Los Pechos y el Garañón. En la zona sur de la isla, el trabajo se concentra en la presa de la Sorrueda, donde los equipos han limpiado un kilómetro y medio de barranco.

Las quemas controladas continuarán los días que se den las condiciones exigidas, resultantes de balancear temperatura, humedad y viento, entre otros parámetros, y se extenderán hasta el mes de junio si las condiciones lo permiten. Se trata de un trabajo cualificado que exige una alta precisión porque mientras se quema la vegetación seca con llamas de 20 a 50 centímetros, se respeta la verde.

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