Hijo de Don Miguel Medina y Doña Rosa Moreno, nació en La Montaña de Gáldar el 9 de Noviembre del año 1930. A los 9 años se mudaron a Grimón en Barrial y ahí nacieron el resto de sus hermanos.
A los 14 años empezó a trabajar de aprendiz, a desflorillar las plataneras en Grimón. Cuando salió del cuartel se casó con Doña Andrea González y siguió un tiempo trabajando en Grimón. Sobre 1957 Don Manuel Marina le dijo que fuera a trabajar a Botija de encargado de unas fincas de plataneras y terrenos. Hasta Botija se mudó con su mujer e hijo a una casa que le dejaron por ser encargado, en donde nacieron el resto de sus 5 hijos.
Todos los domingos iban a misa a Sardina. Cuando llegó el Cura Don Julio Sánchez sobre el año 1983, le ofreció este cargo a Don Valentín, dejándole una copia de las llaves. Su trabajo ha consistido en ayudar al cura, abrir y cerrar las puertas de la Ermita para los feligreses. Tocar la campana antes de comenzar la misa. Y servirle el vino y agua al cura. A su vez, su mujer se encargaba de lavar la ropa del cura y los paños, limpiar la iglesia, hacer unos lindos ramos, a la vez que lo compaginaba con impartir la catequesis y asistir a la Legión de María.
Hubo un tiempo que la Iglesia tenía los bancos muy mal y Don Valentín le dijo al Cura, Don Julio, que había que cambiarlos; él le contestó que no había dinero. Un día en la puerta de la Ermita habló con Don Félix Santiago del problema del deterioro de los bancos y él preguntó cuántos bancos hacían falta y compró 24 bancos a 5000 pesetas cada uno.
Sobre el año 1994, Cuando se calló el techo de la Iglesia hubo que sacar todos los bancos y la misa se daba en el Salón de Manolito el Panadero, en un tiempo se ofició también en el Almacén del Blanco. El Ayuntamiento que en aquél entonces era Alcalde Don Demetrio Suárez mandó a buscar la madera a La Palma y corrió con los gastos de la restauración del Techo de la Ermita además de todos los vecinos con sus aportaciones en las recolectas.
Unos años después, se calló el techo de la sacristía y Don Valentín fue a Gáldar al Ayuntamiento y habló con Don Demetrio Suárez y mandó a Manolo, el Aparejador, a ver la sacristía. Empezaron a trabajar los trabajadores del Ayuntamiento con el tractor, abrieron los cimientos y trajeron piedras. Luego fue a Gil Chinea y trajeron Camiones de Bloques que lo pagó la iglesia. Cuando estaban las columnas y puestos los cimientos, el Ayuntamiento no dio más dinero. Luego fue Don Valentín a hablar con Don Félix Santiago para terminar y le dijo que ahora tenía a toda su gente en Las Palmas y que buscara un contratista que él corría con todos los gastos. Así se hizo y se terminaron las dos plantas de la sacristía. Luego Yayo el del Roque le dio dos camiones de arena regaladas para encalar.
Otra labor importante de Don Valentín por la Ermita de Sardina es que los curas le decían que había que hacer una Iglesia más grande. Un día habló con Don Juan Aguiar y le preguntó que si le cedía un terreno entrando al Faro de Sardina para hacer una Iglesia y una Plaza. Él le contestó que iba a ceder todo el terreno que tenía allí y el cura Don Alexis se movió junto con Don Valentín para hacerlo. Se lo comentaron al Alcalde, Don Teodoro C. Sosa Monzón, y junto con el Cabildo sacaron un proyecto para la nueva Iglesia de Sardina. Ahora su mayor ilusión es ver algún día la nueva Iglesia de Sardina construida.