El aficionado al fútbol sabe que aunque su equipo tire más veces a la puerta del contrario o al palo, a veces pasa que después de fallar un penalti es el equipo contrario el que marca y se lleva los puntos. Lo mismo ocurre en boxeo si no rematas un buena actuación, porque tener más puntos no te da premio si al final tu cara se encuentra con el puño del contrario y te deja K.O. Algo de eso pasó el sábado 2 de Mayo en las instalaciones del Sociedad de La Montaña, donde sólo había que mantener el empate para subir a la preferente.
Ambos equipos sabían lo que se jugaban, así el R.C. Victoria suplió la falta de su primer tablero con una preparación específica contra cada jugador, táctica que le fue muy favorable porque durante la mayor parte del tiempo llevaron la iniciativa en las cuatro partidas (táctica que no pudimos emplear nosotros por el cambio de la alineación del contrario). El desconcierto entre los jugadores del Sociedad de La Montaña era evidente en las caras y por los continuos «paseos» para valorar la posición de los compañeros. Mismo nerviosismo en los jugadores del Victoria que sabedores de su ventaja inicial asesoraban a su primer tablero para que entablara en posición igualada, después de tres horas, contra Raúl Sánchez, nuestro primer tablero. Con dos empates en el primer tablero de la liguilla de ascenso, en caso de empate final a puntos este se tenía que dirimir en el segundo tablero, por lo que se pasaba la presión para Alexis Alonso que hacía de su defensa francesa una defensa numantina. Con segundos en el reloj ganaba José Juan Díaz en el cuarto tablero, pese a las complicaciones finales, así se conseguía en ése momento, al menos, asegurar el empate de la eliminatoria, aunque no era suficiente para ganar la eliminatoria por tener coeficiente de desempate adverso. En el segundo tablero, el jugador visitante del Victoria aflojaba la presión al no poder o saber rematar su ventaja de espacio, cosa que aprovechó muy bien Alexis Alonso para dar una clase de como se ganaba una partida, ahora el tiempo era enemigo del contrario que aguantó poco la presión, con lo que cedió el punto. En ese momento con 2 1/2 puntos el Sociedad de La Montaña era matemáticamente equipo de preferente, se aflojaron los nervios para los de casa y se ensombrecieron las caras para el equipo de la capital que tendrá que jugarse otra final contra el Telde, buscando la segunda plaza para el ascenso.
Normalmente cuando un equipo obtiene los puntos que necesita para ascender en una liguilla, el resto de tableros suelen acordar tablas, dado que el resultado ya no influye en el desenlace de la eliminatoria. No ocurrió lo mismo en Gáldar, mientras unos se felicitaban y otros ponían cara de circunstancia, en el tercer tablero Arístides Moreno se las veía en una partida que ya se jugaba con los incrementos de tiempo en ambos bandos, en un final que cambió de manos y que no concluyó hasta que no se dieron las tablas de libro en el tablero. Se redondeaba el marcador final, 3 a 1 para los del Sociedad de La Montaña, que demostraron que saben sufrir y lo que es mejor también saben ganar. Cómputo final de 5 1/2 a 2 1/2 que no refleja lo visto en los dos encuentros clasificatorios.
Habíamos marcado ese gol en el último minuto o habíamos conectado ese uppercut fantástico con el que habíamos conseguido un Knockout (K.O.) al final del último asalto, por lo que tocaba celebrar la victoria, olvidar rápido los sufrimientos y comenzar a hablar de una nueva temporada en preferente que seguro será más exigente que la presente.