La citada exposición, que cuenta con la colaboración del ayuntamiento de Gáldar, reúne 17 acuarelas realizadas sobre papel por Arévalo entre los años 2012 y 2013, podrá visitarse hasta el día 20 de mayo, de lunes a viernes, de 80.00 a 15.30 horas.
La joven creadora residente en la capital grancanaria desde principios de los ochenta, presenta en la muestra ‘El arte de comer’ parte de las 30 piezas que pudieron verse en 2013 en la Sala San Antonio Abad, espacio dependiente del Centro Atlántico de Arte Moderno (CAAM). Arévalo prueba su oficio como acuarelista creando una especie de crónica de las relaciones sociales que mantuvo a lo largo del año 2012, cuando retrató a personas del mundo del arte (galeristas, artistas, críticos, comisarios…) en situaciones sociales en las que compartió mesa con ellas.
Son retratos de pose inesperada que hacen alusión a las dinámicas informales en las que se negocia en el ámbito del arte contemporáneo. A su vez, todos ellos tienen en común el haber sido atrapados en el gesto cultural del comer. Un gesto vital, también erógeno, que paradójicamente reproducimos para morder y tragar, escupir y vomitar, o, por el contrario, para hablar y narrar.
La muestra se articula como una pequeña parte del gran proyecto denominado por Rocío Arévalo ‘Sinestesias’ (la exposición más global dentro de su trayectoria artística). Comisariada por Suset Sánchez, giraba en torno a la comida como metáfora de las relaciones sociales y humanas, en las que entran en juego factores culturales, identidades nacionales o cuestiones de género.
La muestra de Rocío Arévalo integrada en la nueva edición del Circuito Insular de Artes Plásticas ‘Gran Canaria en Vivo’ toma su nombre de la instalación mural concebida por la creadora como la pieza central expuesta en 2013 en la primera planta del CAAM-San Antonio Abad.
Rocío Arévalo (Santiago de Chile, 1974) reside en Las Palmas de Gran Canaria desde 1984. Estudió en la Escuela de Artes y Oficios Artísticos de Las Palmas de Gran Canarias para luego licenciarse en Bellas Artes en la Universidad de La Laguna.
En su pintura se manifiesta el singular inventario de las preocupaciones fundamentales que han venido constituyendo la poética de la joven chileno-canaria: la autoconciencia del yo y la identidad individual a partir de la frontera física del cuerpo; las marcas psicológicas, sociales y personales, resultado de los trastornos de la conducta alimentaria (TCA), las construcciones biopolíticas del sujeto (‘Somos lo que comemos’, 2012-2013; ‘Menú’ 2013); los afectos que intervienen en el sentido de pertenencia a una determinada comunidad y las distancias y percepciones objetivas y subjetivas que median en esas relaciones sociales, los materiales simbólicos de una memoria atravesada por el desplazamiento, la emigración y una infancia nómada marcada por las derivas geográficas transcontinentales y sensoriales de la contracultura hippie a finales de los años 70 (‘Bistec y papas fritas’, 2013).
La artista ha exhibido de manera individual las muestras ‘Retratos: El espacio que ocupa’ en la Casa de los Coroneles de Fuerteventura. España; ‘El espacio que ocupa’ en el TEA de Tenerife; ‘Carne, Las tres gracias’ en la Galería Saro León de Las Palmas de Gran Canaria; ‘La aportación de Miguel Martín-Fernández de la Torre’, en el Club de Prensa Canaria, y ‘Paisaje Fragmentado’, en la Sala Municipal de Exposiciones del Ayuntamiento de Mogán.
Asimismo, ha expuesto con carácter colectivo en los proyectos ‘IX Feria Internacional de Arte Contemporáneo de Arévalo’, de Ávila; ‘Construcciones de Eva’, en la Galería de Arte de la ULPGC; ‘Fashion Art’, en el Hotel Urban, con Art Madrid, y, ‘Mesa para tres’, en la Galería Macula de Santa Cruz de Tenerife.