Torres detalló que una vez que el Cabildo ha asumido el mantenimiento del túnel a mediados de 2015, una vía fundamental para el tráfico de entrada y salida a la capital, los técnicos del área de Obras Públicas llevan 3 semanas trabajando en su interior con un proyecto que tiene un presupuesto de 300.000 euros. “Recogimos un túnel del siglo XX y estamos trabajando para colocarlo en el siglo XXI”, agregó.
Las actuaciones incluyen la conexión de las cámaras de vigilancia ubicadas en el túnel al centro de control de Carreteras de La Laja, lo que permite detectar las incidencias al instante y centralizar la vigilancia, un salto cualitativo en la seguridad, añadió.
Además, incluye la actualización y mejora de la imagen del túnel con la limpieza de la bóveda y de las paredes laterales del hollín acumulado para dar más visibilidad al interior. Y se están pintando de blanco las barreras laterales y las entradas y salidas para aumentar la luminosidad, y repintando las marcas viales (líneas de separación de carriles) y la simbología del tramo de la GC-2 que atraviesa el túnel.
La galería de comunicación de las dos bocas del túnel, inoperativa desde hace 20 años, estaba impracticable por los sedimentos acumulados por la lluvia, que ahora los operarios retiran retirando para que sea una vía real para el personal de emergencias ante cualquier eventualidad.
Asimismo, el túnel contará con un semáforo antes de la entrada al túnel desde el norte para poder desviar el tráfico en el caso de una incidencia con vehículos parados en el interior.
Mantenimiento periódico
Además de actuaciones extraordinarias como esta, a partir de ahora el área de Obras Públicas acometerá el mantenimiento periódico del túnel. “En estos 4 años vamos a destinar más de 800.000 euros y además hemos propuesto un proyecto de 9 millones en el próximo convenio de carreteras con el Estado, pero Julio Luengo no podía esperar y hemos iniciado los trabajos desde el área de Conservación”, añadió Torres.
Junto a la mejora y adecuación del túnel, el área de Carreteras aplicará los protocolos de gestión de incidencias de los demás túneles que gestiona.
El túnel de Julio Luengo, que fue inaugurado en 1993 y tiene una longitud de 1.130 metros, tiene una configuración un tanto singular formada por dos tubos independientes con una longitud aproximada de 600 metros cada uno, conectados por una galería de servicio a 300 metros de la boca norte, y que se prolongan 500 metros en un único falso túnel en la boca de Las Alcaravaneras.
Tiene tres carriles por sentido y está acabado en hormigón proyectado y rematado con unos paneles de hormigón prefabricado.