El Cabildo de Gran Canaria y el Ayuntamiento de Agaete se unirán al artista Pepe Dámaso para convertir su casa en un museo con sus muebles, sus recuerdos y, en definitiva, su esencia para las nuevas generaciones, quienes también disfrutarán en ella de su colección privada, piezas recopiladas durante toda una vida de amigos geniales y viajes por el mundo.
El compromiso fue anunciado hoy por el presidente del Cabildo, Antonio Morales, quien visitó junto al alcalde de Agaete, Juan Ramón Martín, la casa del artista, un inmueble tradicional situado en la Plaza de la Constitución, justo frente a la Iglesia, tanto es así que cuando el templo abre sus puertas, desde la biblioteca de la segunda planta, forma un eje con el altar, algo que Dámaso está seguro de que “no es casual”.
Pepe Dámaso se emocionaba una y otra vez al obtener el compromiso de las instituciones y poder participar en vida en la transformación de su casa en un lugar al que pueda acceder el pueblo, que es su único objetivo: legarla a su pueblo natal.
Así, próximamente el Cabildo y el Ayuntamiento firmarán un convenio por el que el Ayuntamiento recibirá el inmueble y el Cabildo asumirá la rehabilitación, ya proyectada por el arquitecto José Luis Márquez, y que requerirá una inversión cercana a los 400.000 euros.
Probablemente, explicó el presidente, se creará un patronato entre ambas instituciones, pero finalmente será el consistorio de Agaete el que se encargue de su gestión directa.
Pero además, el Cabildo adquirirá el solar situado junto a la Casa de la Cultura, también de la Institución insular y a pocos metros de la casa del artista, para proyectar el museo que albergará su obra, compuesta por nada menos que 7.000 obras.
Dámaso mostró sus recuerdos también a la consejera de Turismo, Inés Jiménez, y a la teniente de alcalde y consejera insular de Política Territorial, Inés Miranda, quienes pudieron admirar las columnas de madera de las escaleras, unas piezas que pertenecieron a la casa que habitó en el pueblo Tomás Morales y que el artista recuperó.
Piezas africanas, muebles antiguos, piezas tradicionales, cuadros, lienzos, azulejos hechos a mano que pidió en Valencia son algunas de las piezas que podrán ser admiradas en la casa, que se mantendrá tal cual, si bien el proyecto prevé unir la vivienda con el hermoso Huerto de las Flores y un mirador en la azotea que permita contemplar la plaza y el mar, además de un ascensor para hacer la accesible.
Como a la casa no le cabe una cafetería, y Pepe Dámaso está seguro de que es parte importante en una casa museo, propone implicar el conocido bar Perola, una lugar que transporta al público a tiempos pretéritos, para que sea quien proporcione no solo café, sino recuerdos del museo.
Además, un mural que en su momento fue destruido, y del que guarda bocetos, prevé volver a crearlo para deleite de residentes y visitantes, quienes espera que disfruten de la tropicalidad que define a los artistas isleños, no en vano el artista es fruto de la “erótica de las plataneras”, como contó entre risas, una cualidad artistística que quiere regalar a los jóvenes.
Dámaso, de hecho, no desaprovechó las actividades infantiles que se desarrollaban durante la mañana en la plaza para subir al escenario, coger el micrófono con la espontaneidad que lo caracteriza y anunciar a los pequeños que les regala su casa, que la disfruten.