El Museo y Parque Arqueológico Cueva Pintada sigue aliándose con la tecnología más avanzada para seguir profundizando en la investigación de las técnicas pictóricas utilizadas por la antigua población de Gran Canaria. La última muestra ha consistido la adquisición de imagen hiperespectral en la cámara policromada, técnica de última generación que ayuda a determinar la mezcla de pigmentos, su composición química o la presencia de materiales del entorno.
El trabajo se enmarca dentro del convenio de colaboración entre el Cabildo de Gran Canaria, a través de su Consejería de Cultura que coordina Carlos Ruiz, y la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) para la puesta en marcha del SIDAP, un registro arqueológico del yacimiento de la Cueva Pintada de Gáldar.
La iniciativa ha supuesto llevar a cabo el escaneado de todo el poblado, además de un trabajo específico en la cámara decorada mediante escaneado de alta resolución y fotografía multiespectral de la cámara decorada que conlleva, además, la puesta en marcha del sistema integral de documentación arqueológica y patrimonial.
El director de las tareas a pie de campo, José González Piqueras, director del Departamento de Física Aplicada de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Agrónomos y Montes de la UCLM, subraya que se trata de “una técnica innovadora, con importantes desafíos tanto técnicos como científicos” y que “abre la puerta a su desarrollo en otros yacimientos”.
González Piqueras explica que “mediante estas imágenes se persigue caracterizar las pinturas a una resolución espacial que permitirá un análisis cuantitativo de las mismas con el objeto de detectar elementos con actividad fotosintética o determinar la mezcla de los distintos pigmentos, etc. Además, se estructurará una base de datos que hará posible que futuros investigadores trabajar sobre las mismas”.
Los resultados posibilitan estudiar en profundidad la parte relacionada con el color de las pinturas o cómo éstas responden ante la luz, por medio de técnicas no invasivas. En este caso, en una primera fase se hizo una prospección puntual con un radiómetro de muy alta resolución para caracterizar la conocida como “firma espectral” de las pinturas. Esta magnitud establece la fracción de luz que refleja la pintura para cada longitud de onda o ‘color’ y es propia de cada superficie.
En la última fase del proyecto, desarrollada entre los días 15 y 19 de octubre, se ha pasado del dato puntual a la imagen, con el objeto de obtener un registro espacial suficientemente denso de esta firma espectral para poder hacer análisis combinado de esta firma con el contexto. “Dicho de otro modo”, aclara González Piqueras, “si una fotografía se compone de tres bandas (azul, verde y rojo), estas imágenes se componen de 200 bandas en el rango del visible e infrarrojo cercano, y por ello reciben el nombre de hiperespectrales”.
Para conseguir estas imágenes es necesario controlar la distribución de la luz que incide sobre la superficie y por ello se diseñan sistemas de luz en haz, ya que la mayoría de las cámaras de este tipo son de barrido o denominadas de escáner.