Con las nuevas tendencias en moda, la frontera entre lo masculino y lo femenino es cada vez más imperceptible. No hablamos de darle un estilo Tomboy a nuestro look, o de usar pantalones o camisas boyfriend. Esta revolución de sexos va más allá de abrir el armario de tu chico para cogerle prestada una prenda y salir a la calle más cómoda.
Es cierto que los diseñadores están liberando a la mujer en cuanto a cortes se refiere, como hizo Chanel en los 50 oponiéndose toda vez a su contemporáneo Dior, fiel amante de los corsets y de la cintura de avispa.
Sin embargo, la liberación traspasa la sensación física de comodidad y llega a confundir a los espectadores sobre su propia percepción de lo que desfila en pasarela. Hablamos de la angroginia, término que están aplicando creadores de moda como J.P. Gaultier o Rosa Clará en la muestra de sus colecciones.
Casey Legler ha sido la primera mujer en firmar como modelo masculino en las pasarelas, mientras que Andrej Pejic es el chico considerado «la mujer» más sexy del mundo por «FHM».
Muchos diseñadores están jugando con los estilos y los sexos. Diseñan prendas unisex, que a simple vista es difícil saber si han sido pensadas para hombre o mujer. Y yo me pregunto, ¿qué importa?
Lo realmente importante es que te sientas bien con tus prendas, con lo que te pongas, con tu estilo. Que tu vestuario hable de ti, que te sientas identificad@, que vaya en consonancia con tu personalidad. Pero que exprese lo que realmente eres y sientes.
María del P. Vega Ramos
Mery Shopping Asesora Integral de Imagen