Carmelo Rodríguez es un hombre que labró con gran esfuerzo su propio camino. Nace en 1.933 en Moya, siendo el menor de 4 hermanos (a los 7 años queda huérfano de madre). Su actividad de comerciante comienza a los 12 años, adquiriendo un burro por un precio de 40 duros que llevaba cargado de mercancías de la tierra. Salía desde el Barranco del Pinar al atardecer para llegar a primera hora de la mañana siguiente a Guía y Gáldar, lugares en que vendía sus productos. A los dos o tres años, adquirió una mula por 100 duros, llegando a comprar posteriormente una moto y más tarde un furgón para continuar con su actividad.
En 1.957 se casó con Elpidia Rivero García, también natural del Barranco del Pinar (aunque de la parte de Santa María de Guía), con quien tuvo 7 hijos. Juntos se trasladaron primero a San Juan, luego a Becerril y, posteriormente, a San Isidro, un lugar más llano y mejor situado para su negocio. Aquí cabe resaltar el apoyo de su mujer y sus hijos en el desempeño de su labor profesional en este barrio galdense, ganándose al poco tiempo el aprecio y la simpatía de todos sus vecinos.
Frutas y Verduras Carmelo S.L. se convirtió en poco tiempo en uno de los principales puntos de distribución de frutas y verduras de las tiendas y restaurantes de la comarca norte, así como en un lugar al que acudían los pequeños agricultores de la zona a vender su productos. El almacén de “Carmelo el de las papas”, como lo llamaba la gente, era conocido por ofertar una amplísima gama de productos de la tierra, reconocidos por su calidad y precios asequibles para el gran público.
Su hijo mayor, Carmelo, colaboró en el negocio de su padre desde muy temprana edad, asumiendo en la actualidad el testigo en el contacto directo con los clientes.
Hombre de costumbres tradicionales, Carmelo ha vivido toda su vida al amparo de su trabajo, sin dedicar tiempo a vacaciones o tiempo libre. Su máxima siempre ha sido: “trabajo y más trabajo”, disfrutando del final de cada jornada en su casa, donde la familia siempre ha jugado un papel fundamental.