IMGP0159 (Copiar)La comitiva partió a las 11.30 de la mañana desde la Bajada de las Guayarminas y fueron recibidos sobre el mediodía por la corporación guiense y una representación de los mayordomos de las Fiestas de Las Marías en la rotonda de Becerril. En esta edición, el acompañamiento musical corrió a cargo del grupo folclórico «Los Cebolleros».

La fiesta de Las Marías permitió un año más a los vecinos de Gáldar y a su corporación expresar su respeto y devoción por la Virgen, cumpliendo un año más con el voto que realizaron hace 203 años campesinos de los Altos de Guía, Gáldar y Moya, que imploraron a la imagen para que acabara con una terrible plaga de cigarras que devoraba los campos de las medianías norteñas.

IMGP0197 (Copiar)Desde hace ocho años la participación de Gáldar en esta fiesta viene estrechando los lazos de unión con el vecino municipio de Santa María de Guía y a unir a dos pueblos cercanos en tradiciones, culturas y en el arraigo de sus fiestas principales.

El origen de la fiesta

Hace casi dos siglos ya, pues sucedió en el año 1811, los vecinos de los Altos [de Guía] ofrecieron esta fiesta votiva a la Virgen de Santa María de Guía, en franco agradecimiento por haber salvado sus tierras y cosechas del azote de la cigarra que habría de hundirlos en la miseria y en la más negra desesperación.
“Este voto se hizo en la Montaña de Vergara, de rodillas, llorando ante el desastre inminente. Todos se postraron a la vista de las torres del Santuario de la Virgen, con los ojos clavados en una esperanza que sólo la Fe les hacía tangible. Y la Virgen les oyó. De allí a pocos instantes, vieron unas nubes que subían barranco arriba desde el mar y que al llegar sobre las tierras que gemían bajo el castigo de la plaga, descargó en lluvia torrencial arrasando en pocos momentos la cigarra y alejando en forma tan milagrosa la devastación y la ruina que se cernía sobre sus heredades y sobre toda aquella comarca.

Allí mismo, encima de la tierra redimida del castigo, ofrecieron los más viejos –en sus nombres y en los de todos los que de sus sangres de allí en adelante le sucedieren–, llevar cada año a la Santísima Virgen de Guía la ofrenda de sus terrazgos y el fruto de sus trabajos y afanes.

Desde entonces, cada año, se ha venido celebrando ininterrumpidamente esta fiesta, una de las más hermosas y profundamente populares que en nuestra tierra ofrece la tradición y la Fe.

Bien de Interés Cultural

El 1 de diciembre de 2009 el Gobierno de Canarias aprobó el Decreto 152/2009 por el que se declara Bien de Interés Cultural a “La Fiesta de La Rama de Las Marías”. Al argumentar esta decisión, se remonta al siglo XVI, “fecha en la que el conquistador Sancho de Vargas levanta una ermita dedicada al culto de la Virgen María” en lo que todavía era un incipiente asentamiento urbano y después se convertiría en ciudad de Santa María de Guía.

La Fiesta de la Rama de Las Marías –continúa el Decreto– tiene su origen en las promesas (votos) que los campesinos de la comarca realizaron (…) como rogativa ante la plaga de langosta que estaba acabando con los cultivos. La promesa recibió el nombre de Voto de Vergara, ya que fue en esta misma montaña donde los campesinos realizaron el compromiso de celebración. Esta plaga se vio reforzada con la epidemia de fiebre amarilla que provoca una elevada mortalidad en la isla y en el municipio de Guía. Esta etapa de calamidades fue recogida en distintos textos por diferentes autores, favoreciendo su registro en la memoria colectiva de la comunidad insular.

Durante el siglo XIX la fiesta también aparece citada como “Fiesta de los Ramos” y se celebraba el último cuatrimestre del año. No es hasta bien entrado el siglo XX cuando se fija como fecha el tercer domingo del mes de septiembre. Existe documentación escrita, de los primeros tiempos de la fiesta, con solicitudes de vecinos y de la parroquia para obtener permiso en montes públicos como los pinares de Artenara donde extraer ramas.

Aunque el lugar de reunión y punto de partida de la Bajada de La Rama de Las Marías es la Montaña de Vergara, muchos vecinos de la comarca acuden, a su vez, caminando desde distintos barrios y caseríos del municipio. A partir de aquí los feligreses descienden hacia la iglesia haciendo sonar los bucios (caracolas), que rememoran la práctica de espantar con su sonido a la cigarra. Junto a las caracolas, también se escucha –en especial durante el recorrido por la ciudad– la percusión de los tambores: la tradición tiene su origen en la presencia de un cuartel que alojaba al Regimiento de Guía, cuyos militares participaban con sus instrumentos de desfile “reforzando el fervor de la celebración.

La Rama más antigua de Gran Canaria

Según el Decreto, “La Rama de las Marías es la más antigua de Gran Canaria, ya que los registros históricos no tienen referencias tan anteriores para otras Ramas”. Además, “las primeras referencias documentales sobre el papel que los Mayordomos juegan en la celebración y en la conservación de la fiesta datan de 1843, donde personas del pueblo destacan por su papel en la organización y promoción de la fiesta, considerándose que las referencias documentales que se señalan demuestran que eran los mayordomos y no el Ayuntamiento de Guía, quienes se encargaban de la organización de Las Marías, cuestión que sigue sucediendo en la actualidad.

Después de la Bajada de La Rama de Las Marías el sábado, tiene lugar el domingo la segunda parte de esta celebración con una procesión. “Comienza con el sonido de las campanas a las doce de la mañana y después de la función religiosa, recorriendo el casco histórico de la Villa, rodeada de romeros y del sonido de bucios, tambores, cajas de guerra y las ramas. La Virgen sale con sus mejores galas entre las que destacan, por afinidad a la celebración, las cigarras o langostas de oro que llevan la Virgen y el Niño. Para finalizar con este acto la Virgen se coloca en el Pórtico del Templo Parroquial, para iniciar la Romería.

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