“Suponiendo que la asociación sea causal, la actividad física puede tener un efecto protector contra la depresión”, según ha defendido Snehal Pinto Pereira, autor de la investigación que anima a las personas de entre 20 y 40 años a estar “físicamente activos” para proteger su salud física y mental.
En su estudio se hizo seguimiento a un total de 11.135 personas nacidas en el año 1958 hasta que cumplieron 50 años, y se analizaron tanto posibles síntomas depresivos como sus niveles de actividad física durante la edad adulta.
Para evaluar la depresión, se examinaron las respuestas a un cuestionario diseñado para medir su malestar psicológico que completaron al cumplir 23, 33, 42, y 50 años.
Los resultados mostraron que las personas que tenían más actividad física reportaban menos síntomas depresivos y que los que tienen más síntomas depresivos eran menos activos, sobre todo a edades más tempranas. Y por cada sesión de actividad adicional a la semana se reducen las probabilidades de depresión en un 6 por ciento.
De hecho, los científicos observaron que la relación entre el ejercicio y los síntomas depresivos se observó en todos los trabajadores, y no sólo en aquellos con alto riesgo de depresión clínica.
Asimismo, el estudio también encontró que las personas que informaron de más síntomas depresivos a los 23 años tendían a ser también menos activos físicamente, pero este vínculo se debilitó a medida que crecían.
“Este hallazgo es importante para tener gente más activa, ya que sugiere que los síntomas depresivos podrían ser considerados una barrera a la actividad en la edad adulta”, dijo Pereira.
Fuente: La Razón-Salud