Al igual que el pasado mes de noviembre, cuando se inauguró la primera parte, Bolaños inserta la exposición en el contexto de los juegos tradicionales de la zona norte de la isla, realizando con su pintura una particular reinterpretación del universo del artista indigenista Antonio Padrón.
La exposición de Bolaños se exhibirá hasta el próximo 15 de febrero y puede ser visitada de manera gratuita en el centro dependiente del área de Cultura, Patrimonio Histórico y Museos del Cabildo de Gran Canaria, que coordina Larry Álvarez, de martes a domingo, de 10.00 a 18.00 horas.
Bolaños, que presenta una veintena de piezas de mediano formato realizadas al óleo entre 2008 y el pasado año, afirma que con el tiempo y la experiencia acumulada, sus cuadros “se han convertido en un taller de experiencias sin el temor al qué dirán”.
“No puedo negar que, en la serie inacabada, que lleva por título ‘Juegos de mi infancia’, el motivo ha jugado a mi favor. La figuración y el color de mis personajes, son un apoyo para los niños que dibujan y pintan sin reparar en el «parecido», porque para ellos sólo cuenta lo bien que lo pasan mientras realizan la actividad”, señala el artista galdense, que rememora en sus pinturas los juegos infantiles que hoy en día prácticamente se han extinguido de las plazas y calles de los municipios de la isla, como el pañuelito, el churro o el tejo, entre otros.
Otro aspecto de esta nueva serie que se muestra en la Casa Museo Antonio Padrón Centro de Arte Indigenista es la influencia que la obra del pintor Antonio Padrón ha ejercido sobre Francisco Bolaños. “Personajes, elementos de sus paisajes, los motivos de sus cuadros están recogidos en mi obra y que yo reinterpreto luego desde mi particular visión”, añade.
“Mi deseo fue recuperar algo que ya está casi perdido”, señala Bolaños, quien con sus colores y tratamiento de los personajes “desea lanzar una llamada de atención a padres y madres y educadores sobre los condicionantes que se imponen al desarrollo de la creatividad hoy en día a los niños en los colegios”. Es la primera vez que el artista recurre a la evocación de la infancia para plasmar su arte. “Esta serie está inacabada y abierta aún, y seguro que muchas personas me propondrán juegos para seguir añadiendo a la misma”.
Francisco Bolaños nació en Anzo (Santa María de Guía) en 1944. En los años 70 ingresó en el Aula Avanzada de Bellas Artes de la Universidad de Sevilla en Gran Canaria, con sede en la Escuela Luján Pérez, y los retomó, en la década de los 80, en el aula dependiente de la Facultad de Bellas Artes de Tenerife, con sede en el edificio del antiguo Asilo de Ancianos, en Las Palmas de Gran Canaria, donde cursa dos años. Ha participado en varias muestras colectivas como la itinerante ‘La Conquista de Canarias’, y exhibido de manera individual su obra en distintas ocasiones. En los noventa afronta su primera muestra individual en el Centro Cultural Antigafo, en Agaete, con su serie ‘Ventanas, Botellas, Estampas de mujeres y Troneras’. Ese mismo espacio acogió su segunda entrega, ‘Frutas y Estampas’ de Lanzarote. En los últimos años Bolaños ha expuesto ‘Estampas’ en la Casa de la Cultura de San Mateo, así como sus series ‘Ventanas y Frutas’ y ‘Caballos’, en la Casa Verde y Aguilar de Gáldar.