Ahora, una ventaja más se añade a la gran lista de beneficios que acompañan al deporte: su papel en el envejecimiento cerebral. Tal y como se dijo ayer en una reunión científica de la American Heart Association, hacer ejercicio durante la edad adulta puede retrasar la pérdida de volumen cerebral en la vejez.
Los investigadores sacaron esta conclusión tras analizar a una cohorte de 1.271 participantes. Cuando tenían una edad media de 41 años, se les pasó un test de forma física, y pasado un tiempo, cuando tenían unos 60, se les hizo una resonancia magnética del cerebro y un test cognitivo. Los resultados arrojaron que aquellas personas que tenían una peor forma física sufrían una mayor subida de presión sanguínea y de la frecuencia cardíaca cuando se ponían a hacer deporte. Además, tenían menos tejido cerebral.
Para Helios Pareja, investigador de la Universidad Europea de Madrid, «esto es algo que tiene bastante sentido, y que se sabe desde hace tiempo: la forma física y el entrenamiento mejoran la salud cerebral, tanto a nivel funcional como morfológico». Según explica a este periódico Pareja, la parte original de este estudio es que presenta esta relación entre el ejercicio y el envejecimiento cerebral a través de parámetros circulatorios como la presión sanguínea.
«Cuando una persona está poco entrenada y su nivel de fitness no es bueno, la respuesta que da al ejercicio físico es peor y, por tanto, se produce un incremento exagerado de la presión diastólica sanguínea y de la frecuencia cardíaca. Son precisamente estos cambios tan pronunciados los que llevan a una afectación de la microcirculación cerebral, esos pequeños vasos sanguíneos que se encuentran en el cerebro y que parecen dañarse cuando hay cambios en la presión sanguínea», explica este investigador. Además, cuenta, cuando ya somos mayores, estos vasos «son más rígidos y sensibles».
Estas grandes fluctuaciones en la presión harán que la sangre llegue al cerebro con mayor dificultad. «Y si no llega suficiente sangre al cerebro, la respuesta biológica es una pérdida de volumen cerebral», señala.
En cualquier caso, Pareja explica que el envejecimiento cerebral es una realidad que existe y es inevitable según vamos cumpliendo años. «Con el envejecimiento natural, existe una pérdida de tejido cerebral, esto es, de la masa gris y la masa blanca». Sin embargo, podemos poner de nuestra parte ayudando a que este deterioro sea lo menos pronunciado posible, y una buena forma de hacerlo es manteniéndonos activos físicamente durante toda nuestra vida. No en vano, está demostrado que el ejercicio previene la aparición de las demencias. Alejandro Lucia, también investigador en la Universidad Europea, señala que «hay una asociación positiva entre la forma física, la capacidad respiratoria y la capacidad cognitiva».
«Si una persona con 40 años posee una buena forma física, con 60 años va a estar prevenido», sostiene Pareja. Y es que este investigador experto en temas de deporte y salud explica a EL MUNDO que con el ejercicio se liberan unas sustancias llamadas factores neurotróficos que son positivas para el cerebro.
Así que, ya saben: hagan ejercicio desde ya, no sólo porque su cuerpo mejorará día a día, sino porque su cerebro se lo agradecerá en el futuro. Si, por el contrario, usted ya es mayor, no desespere: su cerebro todavía está a tiempo de favorecerse con la actividad física. «Aunque suene a tópico, nunca es demasiado tarde para encontrar beneficios del deporte no sólo en la función cerebral, sino también en su estructura», dice Pareja.
Fuente: El Mundo-Salud