A las seis de la tarde en punto, el estallido del volador retumbó en el cierro barrialense para dar paso a los acordes de la Vitamina Band.
En ese mismo momento, las cientos de personas comenzaron a bailar por las calles del barrio junto a la Vitamina y la Banda Gran Canaria, con las paradas de rigor para refrescarse con el agua lanzada desde las azoteas y pistolas de agua.
Cuatro horas de baile que dieron para mucho, pero a pesar del trote, los hubo con ganas para aguantar hasta las cinco de la mañana con la verbena de amanecida.
Este domingo tendrá lugar el día grande con la celebración de la función religiosa y la posterior procesión. Por la tarde, la ordeñada de la vaca, la batalla de flores y la gala artística completan los actos del día grande.
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