El cierre del hospital hizo que la ciudadanía se mantuviera expectante sobre el uso que se le iba a dar, y ante la intención inicial de dedicarlo a un fin radicalmente opuesto, “un grupo de ciudadanos y ciudadanas consideraron que con la apertura del Doctor Negrín no quedaban satisfechas otras demandas sanitarias y comenzó a gestarse el movimiento ‘El Pino es Nuestro”, recordó ante un auditorio colmado de personas que hoy son beneficiarias del resultado de aquel movimiento.
“Se organizaron y pasaron de las reuniones a la acción” en un momento que, además, coincidió con que el Hospital Carlos I llevaba 15 años abierto y solo usaba el 10 por ciento de sus más de 400 camas, por lo que los propios trabajadores del centro y la Asociación de Vecinos de Guanarteme comenzaron también a movilizarse para reivindicar el hospital militar para uso civil, una reivindicación a la que también se sumó “El Pino es Nuestro”.
“Ese conflicto entre los intereses particulares y generales ha acompañado a la humanidad” y mientras algunos vieron la oportunidad de hacer negocio y mejorar su cuenta de resultados, prosiguió, “El Pino es nuestro” luchó para que su uso fuera social.
Lo mismo sucedió “cuando el Ministerio de Defensa se planteó abandonar el hospital, algunas empresas norteamericanas y empresarios canarios del sector se interesaron por la compra del centro hospitalario que se había construido sobre suelo público cedido por el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria”.
Por todo ello, concluyó, “no es la primera vez ni será la última que el Cabildo aproveche el aniversario para reconocer al movimiento ‘El Pino es nuestro’, en estos momentos de obsesión por obedecer los intereses de los mercados tiene más sentido que nunca reconocer a quienes se comprometieron pensando en todos y todas, sobre todo en la población más vulnerable”.
De este modo, en 2005 se firmó el primer convenio de colaboración para la cesión del uso de las primeras plantas por parte del Gobierno canario al Cabildo de Gran Canaria.
El Cabildo celebra este aniversario con incorporación de diez nuevas plazas para mayores de alto requerimiento, detrás de cuyos usuarios hay diez familias también beneficiadas, y asciende así a más de 448 plazas las gestionadas desde la Consejería insular de Política Social y Accesibilidad entre residenciales, 218 de mayores y 72 de salud mental, y de estancia diurna, 118 de mayores y 40 de salud mental.
El presupuesto para ello es de 8,4 millones de euros, de los cuales 4,9 los aporta el Gobierno regional y 3,4 el Cabildo, y en la actualidad la empresa adjudicataria del servicio es Icot Sociosanitarios.
El objetivo del Cabildo, agregó la consejera de Política Social, es incorporar cada vez más camas para dar respuesta a la demanda de la Isla, que asciende a mil personas. “El reto es que seamos capaces de prevenir situaciones de dependencia como de dar respuesta cuando se produce”.
El acto conmemorativo de estos diez años acabó con un emotivo vídeo en el que los usuarios que ahora pueden disfrutar de los servicios sociosanitarios del vídeo agradecieron de mil formas a “El Pino es nuestro” la iniciativa que llevó a las instituciones a asumir sus demandas.