La tradición oral sitúa el enterramiento de Fernando Guanarteme en la ermita de San Cristóbal, en La Laguna. Allí, una lápida recuerda su enterramiento. Sin embargo, no se cuenta con evidencias reales sobre si están ahí o no sus restos. Pese a lo que se pudiera pensar, pocos documentos sobre los últimos años de vida de Fernando Guanarteme se conservan. Tan solo se sabe que tras su fallecimiento, en torno a 1497, recibió sepultura en la primitiva iglesia de La Concepción. Esta construcción fue demolida y reconstruida posteriormente, por lo que se estima que los restos que se ubicaban en ella fueron exhumados y trasladados.
A comienzos del siglo XX, la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Tenerife, y siguiendo la tradición oral que sitúa ese traslado hasta la ermita de San Cristóbal, instaló una lápida de mármol en el lugar donde se cree que pudiera estar el enterramiento. Precisamente para resolver esta incógnita, Onrubia y Navarro llevarán a cabo un estudio que conlleva varias fases.
La primera de ellas consiste en la recopilación documental en diversos archivos históricos para intentar recopilar algún dato fiable sobre el enterramiento del antiguo rey de Agáldar. El siguiente paso sería explorar sin llegar a excavar el subsuelo de la ermita siguiendo una técnica con georradares y cámaras térmicas, una tecnología similar a la que se empleó para encontrar los restos de Miguel de Cervantes en el convento de las Trinitarias de Madrid. A través de un modelado tridimensional con escáner láser y fotogrametría terrestre y a partir del análisis de imágenes se podrá saber si en el subsuelo de la ermita se encuentran realmente restos óseos o no.
En caso de que en el proceso de estas investigaciones fuera positivo, se pasaría a realizar una intervención arqueológica y a la exhumación de los restos para someterlos a estudios bioantropológicos y averiguar datos como el sexo, edad y ADN, que sería cotejado con algún descendiente vivo de Guanarteme procedente de Gáldar.
Si toda esta investigación determinara que efectivamente se tratara de los huesos de Fernando Guanarteme, pendiente quedaría la petición de traslado hasta Gáldar, su lugar de procedencia. Esta reivindicación data de finales de los años 60, cuando el historiador Celso Martín de Guzmán solicitó por primera vez su traslado a su ciudad de origen. A raíz de ahí, diversos colectivos e incluso el Cabildo de Gran Canaria en 2013 han solicitado al Obispado que se permita investigar si realmente el enterramiento contiene los restos del monarca. Ahora, después de más de 40 años, la Diócesis Nivariense ha accedido a permitir los estudios que podrían arrojar luz sobre una de las incógnitas que oculta la historia de Canarias.
Su posible traslado ahondaría en una nueva polémica puesto que no existe testamento alguno que revele el lugar en el que Fernando Guanarteme quería ser enterrado. Sin embargo, los partidarios de que retorne a su lugar de origen se agarran a que la Ley de Memoria Histórica ampara su traslado.
En cualquier caso, desde el Gobierno canario se pide «prudencia» porque la tradición oral que sitúa el enterramiento en la ermita de San Cristobal no garantiza que sus restos estén ahí realmente.
Hijo Predilecto
El Ayuntamiento de Gáldar, en Pleno celebrado el 31 de enero de 2008, aprobó por unanimidad el nombramiento de Fernando Guanarteme como Hijo Predilecto de la Real Ciudad de Gáldar. Una propuesta respaldada por más de mil firmas de vecinos, colectivos, agrupaciones y diferentes instituciones en apoyo hacia su figura y las circunstancias personales e históricas que rodearon la vida y las acciones de este rey grancanario que fue relevante y crucial en los acontecimientos históricos que rodearon el fin de su dinastía y el inicio de la etapa castellana.
El acto de concesión del pergamino se llevó a cabo en el transcurso del Capítulo Extraordinario del Instituto Canario de Estudios Históricos Rey Fernando Guanarteme que cada año se celebra en el municipio la víspera del día de Santiago, el 24 de julio.