Y precisamente con la intención de recuperar ese “eslabón perdido” en la historia de la ciudad partió esta iniciativa de la mano del alcalde, Teodoro Sosa, quien reconoció que fue en la mañana del Viernes Santo del pasado año cuando, al escuchar la también recuperada en la catedral, planteó la iniciativa al artesano carpintero Antonio García Ramos.

Desde entonces se comenzó a trabajar en el proyecto, para el que se ha realizado un trabajo de archivo desde la Biblioteca municipal, de la mano de Juan Carlos Cabrera y Mary Nieves Rodríguez, y en el que participaron también trabajadores municipales de la Concejalía de Urbanismo y Vías y Obras que dirige Heriberto Reyes. En concreto, el delineante David Castillo fue el encargado de realizar el diseño, para el que se recurrió a la tradición oral y crónicas de la época para realizarlo con la mayor exactitud posible. Consiste en unas tablas fijas en forma cuadrada de 70 cm con una profundidad de 28 cm y cuenta con un eje central con una manivela, entre los que cuelgan doce martillos que al girar producen un gran estruendo. En la carpintería municipal el proyecto tomó forma de manos del carpintero Juan Jesús García y el soldador Luis Jiménez, bajo la coordinación de Antonio García Ramos.

Al acto, que fue dirigido por Santiago García Ramos, acudieron numerosos vecinos, para los que la recuperación del artilugio musical supone trasladarse a los años de su niñez, cuando, como recordó el párroco Manuel Reyes, se “peleaban” por ver quién era el niño afortunado con poder tocar la matraca la noche del Jueves Santo. Se contó también con la presencia del anterior párroco de Santiago, Agustín Monroy, y asistieron para presenciar el acto el Deán de la Catedral de Las Palmas, Nicolás Monche y José Lavandera, Arcediano de Fuerteventura, además del Cronista oficial de la ciudad, Juan Sebastián López.

La matraca volverá a sonar para anunciar los actos litúrgicos entre el próximo Jueves Santo y el Domingo de Resurrección, cuando las campanas del Templo enmudecerán en señal de respeto.

Además de la matraca original, que ha sido instalada en la torre sur del templo, se ha realizado una réplica, de menores dimensiones, que el alcalde anunció que quedará instalada en el futuro museo de historia de la ciudad, como un testigo de la historia de la ciudad y de su recuperación en este año.