Es una de las acciones más atrayentes del programa de actividades con motivo del X Aniversario de la Cueva Pintada, una década en la que este poblado prehispánico ha recibido la visita de 600.000 personas, celebró hoy el presidente del Cabildo de Gran Canaria, Antonio Morales.
El presidente insular presentó junto al consejero de Cultura, Carlos Ruiz, el programa de actividades que se desarrollarán a lo largo del año con motivo de esta importante efeméride con la asistencia también del alcalde de Gáldar, Teodoro Sosa, la directora del centro, Carmen Rodríguez, y la subdirectora del Museo Nacional y Centro de Investigación de Altamira, Pilar Fatás.
Así, bajo el epígrafe ‘El largo viaje… de Altamira a la Cueva Pintada’, supondrá el intercambio de importantes piezas que serán expuestas a la vez en ambos centros arqueológicos, lo que promocionará la cultura prehispánica en un museo como Altamira, que recibe miles de visitantes al año, al tiempo que permitirá contemplar al público de la Cueva Pintada piezas hasta ahora inéditas en las islas en una iniciativa que se alejará de las exposiciones convencionales para presentar una atractiva propuesta estética.
La iniciativa unirá dos culturas distintas, no solo por su alejamiento en el tiempo y la distancia, sino porque una era de cazadores y recolectores y la otra de pastores y agricultores, pero igualmente cavernícolas que tenían en común la necesidad del hombre de dejar constancia de sus pensamientos.
De Altamira se podrán contemplar en Gran Canaria 80 útiles de hueso, astas y piedra para cazar y otros usos, así como piezas decoradas e imágenes, no solo de sus conocidos bisontes, sino de otras riquezas de la cueva como sus caballos, ciervos y signos abstractos, mientras que de la Cueva Pintada de Gáldar viajarán a Santander un repertorio de cerámicas, ídolos y pintaderas, así como molinos y morteros para moler las tinturas, además de una pieza que se usaba para fabricar cuevas, unos picos únicos de la Cueva Pintada.
Se trata de la primera vez que el mundo prehispánico sale de Canarias de esta manera, no en vano la Cueva Pintada de Gáldar es “el más importante y completo yacimiento arqueológico prehispánico de Canarias, cuya apertura en el año 2006 ha marcado un antes y un después en el modelo de gestión y puesta en valor del rico patrimonio cultural y arqueológico de Canarias”, subrayó Morales.
De hecho, su apertura fue uno de los mayores acontecimientos en cuanto a políticas de revalorización del patrimonio histórico en los últimos años, algo que fue posible gracias al empeño del Cabildo de Gran Canaria que, con la colaboración del Ministerio de Cultura, el Gobierno canario y el Ayuntamiento de Gáldar, lo que posibilitó la definitiva recuperación patrimonial de este importante poblado prehispánico, descubierto en 1873 por el agricultor galdense José Ramos Orihuela, y uno de los más singulares de España por sus características.
2.000 metros sin excavar reservadas para el futuro
El conjunto museístico, en el que trabaja un equipo multidisciplinar, cuenta con una superficie total de 9.464 metros cuadrados, que acoge el edificio del museo, el poblado prehispánico, la Cueva Pintada y varias aulas didácticas, además de bolsas arqueológicas sin escavar de 2.000 metros de superficie que reserva para su descubrimiento por futuras generaciones con las técnicas del futuro.
En esta década, la Cueva Pintada ha crecido sin perder de vista su misión: la conservación e interpretación para adentrarse en la cultura aborigen y, sobre todo, de la historia del guanartemato de Gáldar, entidad de poder que controlaba la zona septentrional de Gran Canaria, así como en los acontecimientos de los siglos XIV y XV, que culmina con la conquista de la isla y su incorporación al Reino de Castilla.
El consejero de Cultura recordó que el parque “ha descubierto para la población un sinfín de posibilidades y experiencias alrededor del pasado aborigen en una dimensión científica y pedagógica que contribuye a perpetuar su legado”.
Por todo ello, el variado programa diseñado corresponde a esa visión poliédrica del centro y contempla los intereses de un público heterogéneo, a los sectores de la comunidad científica e historiadores atentos a las incertidumbres que aún gravitan sobre el pasado prehispánico de Gran Canaria.
Entre las actividades también destacan las jornadas que abordarán los nuevos paisajes culturales canarios en la transición a la modernidad en los siglos XIV y XVI y el institucional del día 26 de julio, jornada en la que se cumple el X Aniversario.
Con acento científico y didáctico, se celebrará el II Campus de Arqueología Cueva Pintada del 18 al 31 de julio para la enseñanza de las técnicas del trabajo arqueológico que adentrará al alumnado tanto en los sistemas de documentación y registro del trabajo de campo como en el tratamiento y estudio de las evidencias recuperadas en la excavación.
Títeres, conferencias, proyecciones audiovisuales, dos seminarios sobre los desafíos en la investigación y gestión del arte rupestre y sobre las ciudades y las culturas superpuestas, la presentación de ‘Arminda y el ataque del corsario’, de Alexis Ravelo, y el impulso de un grupo de trabajo que será órgano asesor del Cabildo de en materia de conservación en el BIC (con categoría de Zona arqueológica) de la Cueva Pintada de Gáldar para establecer la líneas de actuación, estudios y análisis según las necesidades de conservación, constituyen el resto de las iniciativas.
Desde 1873 hasta 2016
Tras su descubrimiento en 1873, fue a finales del siglo XIX, cuando destacados representantes de la sociedad grancanaria alzaron sus voces para recalcar la extraordinaria relevancia del hallazgo y defender su conservación. En 1970 comenzaron las primeras obras de protección y, dos años más tarde, declarado BIC y Monumento Histórico-Artístico Nacional, se abrió al público. Ocho años después, aparecieron los primeros indicios de deterioro de las pinturas y cerró.
Desde 1987, el Cabildo de Gran Canaria ha trabajado intensamente para redefinir la potencialidad arqueológica del enclave con más de una veintena de campañas de excavación, que se han completado con algo más de 40 dataciones y múltiples estudios técnicos. Tal como se conoce hoy, fue inaugurada en 2006, después de ejecutarse un proyecto iniciado en 2002 en el que se invirtieron casi cinco millones de euros, de los que la mitad fueron aportados por el Cabildo de Gran Canaria.