A las seis de la tarde se lanzaba desde la tronera de El Roque el volador que dio paso a los acordes de la banda isleña, que fue la encargada de amenizar el desfile hasta la casa CIEL. Poco a poco se fueron añadiendo vecinos que cada año no se pierden el tradicional baile de los papagüevos.
Entre los habituales: Rito e Isaac, Loly Mederos, Carmensa, Pedrín y Fide o Loli y Arminda, que son las encargadas de «endulzar» el trayecto con los chupitos de ron miel.
Y así se disfruta el baile, entre vecinos y amigos que se reencuentran cada año por estas fiestas, que siguen conservando el ambiente familiar cada año. A la entrada de la calle principal se produjo el relevo por la Banda de Gran Canaria