Un numeroso público se dio cita en esta inauguración, que estuvo conducida por el director de la Casa-Museo, César Ubierna, y que permanecerá abierta hasta el próximo 30 de octubre. La muestra se relaciona con los actos que cada año organiza el recinto museístico con motivo del Día de la Mujer Rural.
Las traperas tienen su origen en la tradición de reciclar la ropa usada y ya casi inservible. Las prendas se hacían trizas y de ahí se elaboraban los ovillos que luego se llevaban a las tejedoras. Una costumbre que todavía se mantiene con vida, aunque no tanto como antiguamente. De hecho, las doce traperas plegadas que integran la exposición proceden del municipio de Gáldar y una de ellas de un telar de Acusa, en el municipio de Artenara.
La docena de ellas seleccionadas en la muestra se presentan interpuestas entre dos mallas metálicas que conforman un armazón que actúa como soporte consistente de las mismas y que recalca y sintetiza la esencia formal de los tejidos. Las formas geométricas que adoptan las traperas modifican su presentación habitual y emiten una señal sugerente e intensa que invita a reflexionar sobre su dimensión etnográfica como portadora de señas de identidad insulares.
El pliegue se propone como una interferencia y da lugar a cuadrados, rombos o triángulos que remiten a la geometría de las pintaderas aborígenes o a los motivos geométricos de la Cueva Pintada de Gáldar y también a los rostros de los mujeres de los cuadros de Antonio Padrón, aquellos que aparecen enmarcados de nuevo por los pliegues geométricos de los pañuelos que cubren sus cabezas.