Este último volumen, de casi tres kilos de peso, es el mayor de los tres, con 544 páginas y cerca de 3.000 fotografías. Incluye interesantes mapas antiguos y actuales, fotografías aéreas y, al final de los capítulos, dedicados a cada una de las islas, numerosas fotografías de “Ayer y hoy”, comparativa de imágenes antiguas y actuales en las que podemos ver cómo ha sido la transformación de los caseríos y pueblos de todos los municipios de las islas al cabo de 50, 80 o incluso más de 120 años. Rincones del Atlántico ha invertido más de dos años en la publicación de este tercer volumen que se ocupa de las Canarias orientales –Gran Canaria, Fuerteventura, Lanzarote y La Graciosa– y de las haciendas de las tres primeras. Los textos de este tomo han sido escritos por el historiador Pedro Quintana Andrés, el arquitecto Ignacio Javier Gil Crespo, Faustino García Márquez y Fernando Sabaté Bel. Se añade, además, un glosario de apoyo sobre arquitectura tradicional y usos en el medio rural.
El magnífico trabajo y la gran sensibilidad hacia el paisaje y la arquitectura popular de algunos fotógrafos que hace décadas recorrieron las islas con sus cámaras, como Francisco Rojas Fariña, Francisco Ojeda Espino, Marcos Bello García o Carlos A. Schwart, así como otros muchos anteriores que desde mediados del siglo XIX visitaron o vivieron en estas islas, constituye un valor añadido a los textos de esta obra colectiva financiada mediante crowdfunding.
Desde hace más de doce años la editorial puso en marcha esta completa colección con el propósito de difundir la arquitectura tradicional de las Islas, su conocimiento, valorización y protección. La rigurosa labor de fotografiar rincones, caseríos, casas aisladas –muchas de ellas abandonadas, otras en ruinas y casi desaparecidas–, se completó con la búsqueda en distintas colecciones y archivos, públicos y privados, fotografías y documentos que mostraban esta arquitectura en sus mejores tiempos, cuando todavía cumplía su función, antes de que apareciesen nuevos y modernos materiales (bloque de hormigón, cemento, hierro, pintura plástica) y de que se produjese el gran exilio de la antigua cultura campesina hacia los suburbios de las capitales insulares, los sures turísticos, o mucho más lejos, hacia Europa o atravesando el ancho océano para “hacer las américas”, siempre con la esperanza de un futuro mejor.
El propósito de Rincones del Atlántico ha sido, desde el primer número de la colección, transmitir, de una manera divulgativa, didáctica y riguorosa, el valor y la belleza del paisaje y el patrimonio natural y cultural de las islas Canarias y la enorme importancia que tiene su conservación. Todo ello desde una perspectiva ecológica, humanista, ética y constructiva con la finalidad de proporcionbar ideas y alternativas para un desarrollo realmente sostenible, armónico, racional, ecoeficiente y perdurable de Canarias.
Como fruto de este trabajo, la colección recibió en diciembre de 2014 el premio del Colegio de Geógrafos de Canarias, por su destacada labor de difusión del conocimiento geográfico, la valorización y protección del patrimonio natural y cultural de Canarias y, en 2015, el reconocimiento internacional de la KiP School, de Naciones Unidas, y de su programa IDEASS, que invitó a la editorial a participar y presentar Rincones del Atlántico en su pabellón de la Expo de Milán y en la escuela de verano sobre Desarrollo Humano Sostenible.
Según señalan los editores “con esta obra queremos propiciar una visión más amplia y profunda del patrimonio: el patrimonio como el lugar de la memoria, herencia e identidad cultural de un pueblo. Este elemento patrimonial, tan unido al paisaje eminentemente agrícola de las islas, representa uno de los bienes esenciales para conservar lo local, nuestra cultura, tradiciones y memoria frente al vacío y a la clonación y homogeneización del mundo globalizado”.
“Es urgente la protección y conservación del, por desgracia, cada día más escaso patrimonio arquitectónico tradicional en el medio rural y el patrimonio agrario en general, llevar a cabo acciones orientadas al conocimiento, recuperación, rehabilitación y conservación de este precioso legado, desarrollando los mecanismos e instrumentos necesarios para ello, así como la conservación del entorno cercano en el que se encuentra la arquitectura a proteger, sin desvirtuarlo y restaurándolo en la medida de lo posible, apoyando una agricultura diversa y ecológica, cuidando y rehabilitando la flora autóctona, plantando árboles, etc”, avanzan.
Como decía Faustino García Márquez en la primera presentación del tomo III de “Arquitectura y Paisaje» en El Museo Canario: «Debemos lograr entre todos que esta obra pueda ser conocida, compartida y disfrutada por el mayor número posible de canarios, para que nadie pierda la oportunidad de conocer el qué, el cómo y el porqué de ese precioso patrimonio edificado rural que no podemos permitir que se desvanezca en nuestra memoria ni deje de ocupar el relevante lugar que le corresponde en nuestra cultura.»