La Consejería de Cultura del Cabildo de Gran canaria que dirige Carlos Ruiz acometerá las obras de saneamiento público del núcleo troglodita de Acusa Seca, en Artenara, declarado Bien de Interés Cultural por su alto valor etnográfico y ambiental.

El proyecto redactado por el ingeniero en biodepuración, José Luis Peraza, permitirá conectar todas las aguas colectadas de las casas-cueva localizadas en dicho asentamiento poblacional a una tubería que discurrirá por el cantil natural del risco de roca basáltica, que terminaría en un depósito gestor de dichas aguas residuales instalado en la zona de El Álamo que, a través de un tratamiento secundario en una planta biodepuradora se convertirían en agua de riego, que igualmente serían empleadas, en una fase terciaria,  en riegos de repoblación forestal de las propiedades que el Cabildo mantiene en las bandas del Barranco Grande de la Cuenca de Tejeda.

El Cabildo tramita actualmente con la colaboración del Ayuntamiento de Artenara la calificación territorial que autoriza la ejecución del citado proyecto, en el que se invertirá la cantidad de 100.000 euros. Superado el trámite de la Comisión Insular de Patrimonio Histórico, la consejería de Carlos Ruiz espera poder licitar la obra antes de este verano.

Con esta importante obra se aborda un problema crónico de salubridad padecido en el asentamiento de Acusa Seca y se activa el saneamiento de dicha zona, enclavada en el área de los denominados Espacios Sagrados de Montaña de Gran Canaria, de cara a su posible nominación por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad. Acusa Seca se ha manifestado como uno de los núcleos de arquitectura excavada más relevantes y originales de Europa.

La dificultad de la orografía y el sustrato erosionado de la zona ha obligado a diseñar un ingenioso sistema que ya se emplea en espacios escarpados singulares de la isla de Tenerife y La Gomera. Serán unos 1.200 metros lineales de tubería los que recorrerán el contorno del risco hasta la planta de reutilización de aguas residuales.

El Cabildo se reunirá a finales de este verano con los vecinos de la zona para explicarles el proyecto y la naturaleza de la obra, que reclamaban desde hacía tiempo esta actuación. Hay que recordar que el Cabildo grancanario ha venido adquiriendo desde finales de los años 90 del siglo pasado una serie de casas-cueva en Acusa Verde, hasta contabilizar un conjunto de 18 unidades en las que se han ejecutado obras de conservación y mantenimiento.

Entre 1480-1850 el hábitat troglodita fue residencia de casi un 10 por ciento de la población, siendo un indicador de las formas de antropización del territorio. Durante los años sesenta y setenta casi todos los núcleos trogloditas de Gran Canaria sufren un abandono motivado por los ciclos económicos que ejerce el tomate primero, y el turismo después, para recuperarse el interés por este singular modo de vida y hábitat en los años 90. El repunte de ocupación en Acusa Seca se produce durante los fines de semana, ocupándose entre doce y catorce casas-cueva, aunque de forma estable viven en dicho núcleo tres familias. Incluso varias de estas casas-cueva se alquilan en plataformas de turismo vacacional, fundamentalmente a visitantes extranjeros. Hay que puntualizar que Acusa Seca, hasta bien entrado en siglo XX, contaba con más vecinos que la propia cabecera municipal del casco de Artenara.

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