Como si de una riada se tratara, cientos de personas acompañaron montaña abajo a la Virgen de Fátima en la procesión que llevó a la imagen este sábado desde su iglesia hasta el Templo Matriz de Santiago. En conmemoración del centenario de la primera aparición de la Virgen, esta procesión extraordinaria removió los sentimientos de los vecinos de toda Gáldar, y en especial de La Montaña, que se volcaron llenando todas las calles por las que desfiló la imagen con las mejores flores y plantas y con altares dedicados a la Virgen.
Porque hacía 23 años que la antigua imagen no salía en procesión y 40 desde su última bajada al casco de Gáldar. Este acontecimiento hizo que la Parroquia y el Ayuntamiento trabajaran juntos en la organización, para vivir este momento y colaborar en los preparativos que hicieron posible un día para muchos “histórico”. Como así lo calificó el alcalde de la ciudad, Teodoro Sosa Monzón, quien agradeció a todos los vecinos su participación en este inolvidable acontecimiento y fue testigo en primera persona de la emoción de estos momentos. Es por ello que a su llegada pidió a los párrocos Norberto Medina y Manuel Reyes, que “ojalá que esta Bajada de la Virgen pudiera repetirse en las próximas celebraciones de los Años Santo Jacobeo“.
Sobre las 10.15 de la mañana empezaron a sonar las campanas y el sonido de los volares anunciaron que comenzaba a las puertas de la Iglesia de La Montaña, la Bajada de la Virgen de Fátima. Su imagen antigua, la que data de 1953 y a la que muchos vecinos veneran y recuerdan en su primera Bajada a la Iglesia de Santiago, hace ahora 40 años. A las puertas de esta parroquia ya se agolpaban los vecinos en cuyos rostros se palpaba la emoción de vivir este momento, con la Banda Municipal acompañando el recorrido que presidió el alcalde, Teodoro Sosa y los concejales de la Corporación Municipal.
La noche anterior, según contaba el miembro de la parroquia Rubén Pérez, prepararon su trono que lucía especialmente bello para la ocasión, con blancos gladiolos y claveles, y portado por mujeres y hombres ligados al barrio de La Montaña que se iban turnando por las empinadas calles de La Montaña. Las lágrimas de Carmen Benítez al recordar aquellos momentos de su niñez cuando toda La Montaña y muchos vecinos de Gáldar se volcaban en las antiguas procesiones de la Virgen de Fátima, en la que se estrenaban trajes y donde los mayores que ya no están presentes, venían inevitablemente a la memoria, haciendo revivir los inolvidables años de una época tan feliz.
La emoción de tantas personas unidas compartiendo esa devoción por las calles, en su primer tramo por Clavel y Bentaguaires, hicieron vivir momentos únicos que se traducían en Vivas a la Virgen de Fátima, con cánticos y con la caída de pétalos de flores o papeles de colores a su paso, desde azoteas y ventanas decoradas con banderas, plantas y con pequeños y coquetos altares que días antes los vecinos dejaron preparados para un acontecimiento que muchos no olvidarán.
Vecinas que no pudieron hacer el recorrido a pie, como Lucía Gordillo conocida en Gáldar por “Luciíta la partera”, querida y apreciada por tantas personas, mujeres a las que ayudó en tantos partos a traer a sus hijos al mundo. Ella vio desde su puerta pasar a la Virgen y Teodoro Sosa y muchos vecinos se acercaron a ella a besarla para acompañarla en este momento y hacer más entrañable este momento, el camino que conducía hacia la Iglesia de Santiago.
Se tomó luego las calles Princesa Guayarmina y Calatayud hasta llegar a la calle Domingo Pérez donde un grupo de vecinas aplaudían y se emocionaban al ver llegar a la Virgen siempre arropada y festejada con el calor de quienes se iban sumando al recorrido, en el que no faltaron tampoco los tres niños vestidos de pastorcillos representando a los hermanos Jacinta y Francisco, canonizados hoy por el Papa Francisco, y a su prima Lucía, a quienes se les apareció la Virgen de Fátima un 13 de mayo hace cien años. Sus imágenes también eran portadas en fotografías por tres vecinas.
La presidenta de la Asociación Nuestra Señora de Fátima de La Montaña, Mercedes Macías, valoró el trabajo de la parroquia y del Ayuntamiento de Gáldar para hacer posible esta Bajada que todo el barrio ha vivido con emoción porque a todos les trae recuerdos de la niñez.
Momento especial se vivió también una vez la comitiva llegó al casco de Gáldar y al pasar bajo la pancarta en el comienzo de la calle Larga con el texto “Bienvenida Madre”, donde los vecinos se agolpaban en las aceras para continuar con los vivas a la Virgen en su tramo final hasta la Iglesia de Santiago, donde mañana domingo se volverá a vivir el retorno a su parroquia, a partir de las ocho de la noche. Atrás habrán quedado en el recuerdo estas horas de auténtica devoción y de emoción contenida, en la que “Gáldar olió a pueblo”, como bien resumió una vez terminado el recorrido Conchy Quesada, una de las muchas vecinas que se alegraron de estar y vivir este día en honor a la Virgen de Fátima.