La investigación emprendida por el Cabildo de Gran Canaria para esclarecer el origen del incendio de la cumbre se centra en la hipótesis de la intencionalidad dada la falta de evidencias de negligencias y dado que la zona de ignición se encuentra en un paraje que ha sufrido tres incendios intencionados en apenas año y medio, entre otros indicios.
El presidente del Cabildo de Gran Canaria, Antonio Morales insistió junto al responsable de responsable de la Brigada de Investigación de Incendios Forestales, Juan Carlos Santana, en que no pueden ofrecer más detalles de la investigación porque está judicializada y para no entorpecer las labores para su total resolución, todo ello con la colaboración del Seprona de la Guardia Civil.
Santana explicó que los primeros momentos tuvieron que dedicarlos a salvaguardar a las personas, ya que el mayor problema del incendio era las vidas y poblaciones que amenazaba, un incendio con una fiereza que no había visto en 20 años en Gran Canaria, aseguró. El viernes la meteorología no permitió iniciar las pesquisas, que finalmente comenzaron el sábado, por lo que es demasiado pronto para ofrecer otro resultado que no sea descartar la causa natural y trabajar sobre la hipótesis que tiene mayor fuerza, que es la intencionalidad, aunque sin descartar ninguna otra, insistió.
Acciones legales contra los bulos
Antonio Morales, que compareció también junto al consejero de Medio Ambiente, Miguel Ángel Rodríguez, y el ingeniero analista de Fuegos Forestales del Cabildo, Federico Grillo, anunció asimismo que la Institución insular emprenderá acciones legales contra los bulos que se propagaron durante el incendio referentes a que el origen era una quema controlada insular. Se trata de bulos en ocasiones malintencionados y, en cualquier caso, entorpecedores de cualquier acción en situaciones de emergencias. “Generan una alarma social que no podemos aceptar”, sentenció el presidente.
Por este motivo, explicó algunas de las dudas que más abundado estos días, como la que quiere vincular el cierre del Parque del Consorcio en la cumbre con los fuegos forestales, ya que la principal recomendación a la población es acudir a la fuente oficial ante cualquier duda de este tipo y, desde luego, no colaborar en su propagación.
Una franja que divide el norte del sur
Así, explicó que las quemas controladas están prohibidas en el verano tanto para cualquier ciudadano como para el personal del Cabildo, las quemas las realizan los equipos Presa, que estaban en la base helitransportada de Artenara. No solo sería grave quemar en verano, sino que ni siquiera la zona está en la previsión de quema, que se centra en tratar una importante franja que corte la isla de este a oeste para separar el norte del sur, explicó Grillo.
Tanto es así, explicó el analista, que cerca de 400 hectáreas de las afectadas por el incendio fueron tratadas en invierno con quemas prescritas, lo que permitió frenar su intensidad, así como el tamaño y lejanía de las pavesas que salen disparadas, e incluso da la oportunidad de entrar en su interior y apagar, ya que ofrece lo que los técnicos denominan la condición de “defendible”, dado que cuando las llamas superan los dos metros y medio, ya el hombre no puede enfrentarse a ellas, que fue lo que sucedió fuera de estas áreas, donde alcanzaron 20 y hasta 40 metros de altura.
El principal objetivo es contar con las mejores condiciones para que, en caso de fuego, no cruce la cresta y no pase de parte a parte, algo más complicado de frenar según el tipo de incendio del que se trate, en este caso un incendio “hambriento”. Debido a su naturaleza agresiva, los temores fueron muchos, sobre todo porque la cabeza avanzaba imparable y lo único que de entrada se podía hacer era quitar a las personas de su paso para luego comenzar a trabajar con la previsión de hacia dónde iba a ir el incendio para cortarle el paso.
Para ello, los presas se jugaron la vida porque forzaron más de lo recomendable y permanecieron en zona de alto peligro cuando ya debían haberse ido porque, sabiendo lo que significaba dejarle el paso libre al fuego, prefirieron arriesgarse en una acción del todo encomiable.
Esta franja disuasoria nada tiene que ver con los cortafuegos clásicos, un concepto ya desfasado, ya que ahora se trata de áreas en las que se ha descargado la vegetación para que sea más resistentes al fuego que el resto, no lleva tanto mantenimiento y el impacto es menor, y la apariencia es de bosque igual que el resto.
En este caso, detalló Grillo, abarca de este a oeste desde la Caldera de los Marteles, Pico de la Gorra, las Nieves, Llano del Salado, Llanos de Ana López, Cruz de Tejeda, Moriscos, Artenara y Tamadaba.
También reciben este tratamiento los entornos de los restaurantes de la cumbre, las instalaciones militares y aeroportuaria y las propias del Cabildo, los Juncos, Garañón y las zonas de acampada, por lo que todas pudieron ser defendidas del fuego, que finalmente no las afectó.
Tras la pormenorizadas explicaciones de Santana y Grillo, que representan a decenas de profesionales del Cabildo, Morales no pudo por menos que insistir en el orgullo de que la Institución cuente con estos grandes especialistas, reconocidos a nivel nacional, no solo con reconocimientos, sino con la confianza que reciben del Ministerio de Interior que solicita su colaboración para la formación de personal de la UME, a los que instruyen en la técnica de las quemas prescritas, ya que los presas de Gran Canaria son pioneros en ella.
Parque de bomberos del Consorcio en Tejeda
Otras de las salidas recurrentes en situaciones de fuego forestal es achacar la situación al cierre del parque de bomberos del Consorcio de Tejeda proveniente de fuentes interesadas en mezclar conceptos.
Siendo una reclamación legítima, explicó el presidente, lo cierto es que los bomberos del Consorcio son urbanos y no pueden actuar en incendios forestales, no tienen la preparación necesaria ni es su especialidad y sería muy peligroso para ellos, como peligroso sería enviar a un especialista en fuegos forestales a intervenir en una casa o una industria. “No tiene nada que ver”, agregó el presidente.
Su actuación en estos casos se circunscribe a las áreas de interfaz, es decir, aquellas áreas en las que se mezcla lo forestal con lo urbano. Y aunque hubiesen podido actuar en una primera respuesta, en las condiciones del incendio no hubiese cambiado la situación.
Lo que sí es importante es la cercanía del helicóptero, que está a tres minutos de vuelo y tarda menos en llegar que los bomberos de esa base a cinco kilómetros, lo que se suma a que Tejeda sí cuenta con base de personal de fuegos forestales, la necesaria en estos casos, situada y plenamente operativa a pocos metros de la Cruz de Tejeda.
Dispositivo permanente en la campaña de verano
De hecho, el dispositivo permanente en la campaña de verano está formado por un equipo Presa (7 personas) más los dos helicópteros en Artenara, dos brigadas Bravo (16 personas), una en la Cumbre central y la otra en Cruz Grande (zona sur), una patrulla destacada en el Cecopin para la vigilancia de medianías y un vehículo nodriza en Artenara. Se agrega a ello seis puestos de vigilancia cubiertos las 24 horas todo el verano situados en Pinos de Gáldar , Ariñez, Montaña del Pleito, Pico La Gorra, Morro de Hierbahuerto, La Sándara (Inagua). Aparte, hay un encargado de logística, un operario de logística, un director de extinción, más otros tres efectivos en Cecopin junto al analista de fuegos.
Mucho material vegetal porque no se limpian los barrancos
Morales también se refirió al insistente comentario de que no se limpian los barrancos y por eso hay incendios. Sin embargo, el Cabildo retira materia vegetal durante todo el año, hace cortafuegos, quemas, pastoreo controlado, tratamientos selvícolas y, en definitiva, efectúa un intenso trabajo durante todo el año. “Pero de ningún modo puede compensar por sí mismo el abandono de la agricultura y la ganadería”, como no ha podido ninguna parte del mundo, ni siquiera Estados Unidos, el más avanzado en la lucha contraincendios.
Y es que todos los expertos, no de Gran Canaria sino del mundo, coinciden: si el campo está abandonado por falta de uso agropecuario, es abono para incendios. Lo que hay que hacer son políticas de recuperación de la actividad agrícola y ganadera, una de las líneas de trabajo del Cabildo.
Recoger pinocha, permitido
Por supuesto que se permite recoger pinocha, subrayó, pero la realidad es que muy poca gente la recoge porque no le da uso. Quien quiera recoger pinocha solo tiene que contactar con Medio Ambiente para comunicarlo y determinar la zona, pues hay que distinguir entre zonas públicas y privadas, por ejemplo.
Limpiar 15 metros alrededor de las casas, permitido y recomendado
Finalmente se refirió a la limpieza, poda y tala de vegetación en un entorno de 15 metros alrededor de las casas. No solo está permitido, sino que es lo recomendado por el Cabildo como manera de mantenerla a salvo de los fuegos, basta un recorrido por la cumbre para detectar propiedades intactas por haber estado limpias de malezas.
El Servicio de Medio Ambiente está disponible para asesorar a quien lo desee sobre las especies, metodología o necesidades exactas de cada terreno para intervenirlo.
Antonio Morales concluyó que todo el fin de semana se ha trabajado en atajar los focos que han ido surgiendo, una dinámica habitual en incendios de esta dimensión -2.700 hectáreas frente a las 14.000 para las que tenía potencial-, y que el trabajo proseguirá en la misma línea: labores de extinción, vigilancia y enfriamiento sin perder de vista la meteorología.