Veinticinco queseras con historia propia procedentes de Caideros, Saucillo, Fagagesto, Artenara o Fontanales protagonizan la exposición ‘Cada pinta en su quesera’, un proyecto artístico del arquitecto Paco López que se inaugura este viernes, 6 de octubre, a las 20.30 horas, en la Casa-Museo Antonio Padrón. Centro de Arte Indigenista de Gáldar.
López ha aplicado sobre estos utensilios rurales la técnica del frotagge, en la que se frota un carboncillo sobre una hoja colocada sobre un objeto, en este caso las queseras, para obtener una impresión de su forma y textura. El autor señala que se consigue así “otro escrito” que ofrece al público una lectura que “intensifica la capacidad de resistencia frente a los actuales procesos de dislocación y deslocalización de nuestro más inmediato contexto”.
La exposición sitúa a los espectadores y espectadoras en una cúspide desde la que se divisa una amplia panorámica conceptual con dos vertientes. Por un lado, ubica a la quesera en primer plano como objeto “singular, alegórico y símbolo característico de los modos de vida del entorno rural”, tomando además por bandera la concepción del teórico cultural y urbanista Paul Virilio, que defendió que “la conservación se convierte en un fenómeno provocativo”.
Igualmente, se plantea que la transfiguración de las queseras da lugar a “lecturas más subversivas de un mundo de donde emana la dimensión más global de lo local”. López explica que su intención ha sido “hacer visibles las huellas” de las mujeres que trabajaron con estas queseras y también las de los tallistas y poner así en valor “el esfuerzo de las gentes del mundo rural”. El proyecto está sobrevolado en esta zona por las ideas del filósofo Gilles Deleuze, quien creía que “en el arte, no se trata de reproducir o inventar, sino de capturar fuerzas”.
“La propuesta de intervención pretende hacer presente y dejar constancia ‘por escrito’ de los componentes ocultos del esfuerzo, desvelando un campo hollado por las fuerzas de empuje y presión que las mujeres rurales emplean para hacer el queso cuando aprietan sus manos contra la quesera”, subraya López. La exposición se enmarca no en vano en ellos actos organizados por el museo dependiente de la Consejería de Cultura del Cabildo de Gran Canaria con motivo del Día Internacional de la Mujer Rural.
El eco de las pintaderas en Antonio Padrón
La alargada sombra de Antonio Padrón también inspira y se proyecta sobre ‘Cada pinta en su quesera’. De hecho, este utensilio contó con una presencia destacable en su obra, identificado con las pintaderas y con un marcado carácter de huella identitaria.
Un aspecto destacable es que algunas de las queseras que integran la exposición tienen una edad centenaria, según el testimonio de las personas que le hicieron entrega de las mismas a López para la exposición. Otras fueron rescatadas por el autor “entre el polvo y las telarañas” y algunas volverán a sus lugares de origen para seguir dando forma a los quesos del país.
El crítico y profesor Ángel Sánchez apunta que “la transfiguración operada por López sobre un objeto desapercibido hasta ahora de la reflexión trascendente nos interioriza” y nos obliga a “volver la vista atrás y vernos tal como éramos”.
‘Cada pinta en su quesera’ se podrá visitar de manera gratuita hasta el próximo 27 de octubre de martes a domingo entre las 10.00 y las 19.00 horas.