El Gobierno de Canarias ha dado por concluida la búsqueda de los restos de Tenesor Semidán de Agáldar, último rey de Gran Canaria -castellanizado como Fernando Guanarteme-, una vez que el equipo de investigadores a los que se les encargó su estudio no ha hallado pruebas sobre su lugar de enterramiento.
Así lo ha hecho saber el director general de Patrimonio, Miguel Ángel Clavijo, quien este viernes hizo entrega al Parlamento del informe concluyente de la investigación en respuesta al mandato de la Cámara, que en mayo de 2016 aprobó una proposición no de ley en la que instaba al Gobierno a hallar los restos óseos del monarca isleño y trasladarlos a Gáldar si se llegaban a encontrar y eran identificados científicamente.
El equipo liderado por el investigador Jorge Onrubia, Hijo Adoptivo de Gáldar, después de realizar un trabajo de investigación exhaustivo en fuentes documentales e historiográficas, que llevó aparejada el análisis de miles de documentos históricos, ha concluido que no hay evidencia actualmente conocida que arroje luz sobre la identificación del lugar donde reposaron de manera definitiva los restos del Guanarteme de Gáldar. Lo que sí queda totalmente descartado es que se encuentren en la ermita de San Cristóbal de La Laguna, donde la tradición oral situaba la sepultura y a principios del siglo pasado la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Tenerife colocó una lápida con su nombre.
Los investigadores no descartan que en el futuro puedan encontrarse documentos relevantes que aporten evidencias sobre la localización de su enterramiento. Según se ha informado, el equipo va a seguir analizando documentación y, «en el futuro, pueden aparecer pistas, aunque la escasez de datos fiables, tras analizar miles de documentos, frena las excavaciones». «Solo se puede certificar que murió en Tenerife tras participar en su conquista en 1496», han declarado fuentes de la investigación.
Sin una fecha exacta de la muerte, sí se ha podido establecer un marco temporal de su fallecimiento por un documento de excepcional interés: la prueba testifical impulsada entre mayo y junio de 1526 por Margarita Fernández Guanarteme, su hija, para acreditar que, en aquel momento, es la única descendiente viva del rey aborigen. De este documento se sabe que el Guanarteme de Gáldar muere una vez concluida la conquista de Tenerife y en plenos preparativos del que sería, con toda probabilidad, su cuarto viaje a la corte, por tanto sobre 1946.
En 1967, el entonces alcalde de Gáldar, Antonio Rosas, junto al arqueólogo galdense, Celso Martín de Guzmán, lideraron una primera cruzada para levantar la lápida que se halla en la ermita, bajo la que supuestamente yacía Fernando Guanarteme. Contaban con el permiso de la diócesis y de Sanidad, pero cuando izaron el mármol no había nada.
En opinión de Jorge Onrubia, el trabajo realizado ha puesto de relieve la extrema escasez de datos valiosos y fiables que permitan no solo determinar lugar dónde fue enterrado Fernando Guanarteme, sino también reconstruir las circunstancias precisas y el momento exacto en que se produjo su fallecimiento.