El IV Curso de Arqueología Cueva Pintada analiza desde esta tarde cómo Canarias, Madeira, Cabo Verde y Mauritania comparten una memoria y unos procesos de construcción patrimonial definidos, entre otros aspectos, por el hecho geográfico de su ubicación en la costa oriental del Atlántico Medio, según destacó el consejero de Cultura del Cabildo de Gran Canaria, Carlos Ruiz, en la inauguración del encuentro.
“La presencia tanto hoy como mañana de expertos y expertas de Cabo Verde, Mauritania, Madeira y Canarias, así como de diversos representantes de instituciones públicas volcadas en la investigación sobre el patrimonio, supone también una demostración de que seguimos profundizando en el conocimiento de nuestro devenir histórico como elemento indispensable para anclarnos y desarrollarnos en el presente sin que nuestra memoria se diluya”, agregó Ruiz.
La cita se desarrolla en el Museo y Parque Arqueológico Cueva Pintada, centro del Cabildo de Gran Canaria en Gáldar, los días 20 y 21 de abril, con la presencia de una treintena de asistentes que han completado el cupo previsto. En estas dos jornadas se pondrán en paralelo estas realidades patrimoniales y geográficas bajo el título general de ‘Materialidades, memorias e identidades en el Atlántico medio. Reflexiones y experiencias patrimoniales desde Cabo Verde, Canarias, Madeira y Mauritania’.
También hoy viernes, el presidente del Instituto de Patrimonio Cultural de Cabo Verde, Hamilton Jair Fernandes, ofreció la conferencia ‘Cabo Verde. Diez islas atlánticas, un Patrimonio Cultural emergente’.
Mohamed Ould Amara, alcalde de Chinguetti (Mauritania), puso sobre la mesa el ejemplo de esta destacada ciudad caravanera declarada Patrimonio de la Humanidad. Tomó su relevo José de León, inspector de Patrimonio del Cabildo de Gran Canaria, que resumirá la propuesta para la declaración de Risco Caído y los paisajes sagrados de montaña de la isla como Patrimonio de la Humanidad.
Sesión del sábado
Élvio Duarte Martins Sousa, de la Asamblea Legislativa de la Región Autónoma de Madeira y Centro de Historia de Ultramar de la Universidad Nueva de Lisboa abrirá la sesión del sábado a las 09.30 horas con una exposición sobre la arqueología de los siglos XV, XVI y XVII en las islas de Madeira, Porto Santo y Salvajes.
A las 10.15, Bechir Mohamed, director adjunto del Instituto Mauritano de Investigación Científica y de Formación en materia de Patrimonio y Cultura, reflexionará sobre el patrimonio arqueológico de este país. A las 11.30, la directora general de la Biblioteca Nacional de Mauritania, Bnete Mint Elkhaless, protagonizará la conferencia ‘Desmaterializar la materialidad. El patrimonio documental y bibliográfico de Mauritania’.
Rita Rodrigues, técnica en la Dirección de Servicios de Museos y de Patrimonio Cultural de la Dirección Regional de Cultura de Madeira (Portugal), establecerá diversas claves sobre las élites madeirenses del ciclo del azúcar y los encargos artísticos, intervención previa al debate que se celebrará entre las 16.30 y las 18.30 horas, justo antes de la clausura a cargo de la directora-conservadora del Museo y Parque Arqueológico Cueva Pintada sobre la experiencia patrimonial de este espacio.
El IV Curso de Arqueología Cueva Pintada está organizado por el propio centro que gestiona la Consejería de Cultura del Cabildo con la colaboración de las embajadas de España en Cabo Verde y Mauritania, Casa África y la Facultad de Geografía e Historia de la ULPGC. La participación otorga un certificado de diez horas lectivas por la Facultad de Geografía e Historia de la ULPGC.
El Curso plantea que desde el propio cuerpo a los más menudos y banales objetos de la vida cotidiana, desde los monumentos más sólidos y duraderos a los delicados pergaminos y tintas de los documentos, los recuerdos y los olvidos han ido transfigurándose a través del tiempo y del espacio, del pasado y del presente, para convertirse, en virtud de una alquimia social nunca suficientemente transparente, en patrimonio.
La diversidad geográfica de este vasto territorio del Atlántico medio, que transita por desiertos y bosques exuberantes, y las singularidades de su desarrollo histórico, en el que coexisten territorios hollados por el ser humano desde hace cientos de miles de años con islas pobladas en pleno siglo XV, dibujan unas memorias abigarradas.