La ancestral tradición de los aborígenes de Gran Canaria y las más vanguardistas tecnologías se dan la mano en el fabuloso Facsímil de Risco Caído, una reproducción exacta que fue inaugurada hoy por el Cabildo en Artenara para que el mundo pueda conocer el legado astronómico contenido en las Montañas Sagradas de Gran Canaria, Patrimonio Mundial de la Unesco desde hace apenas un año.

“Risco Caído es el vestigio de una civilización insular que aislada evolucionó hasta configurar una de las culturas más avanzadas de su tiempo. El almogarén es una manifestación única en la Tierra, un ingenio óptico que muestra un lenguaje visual insólito que es prueba de unos conocimientos de matemáticas y astronómicos que aún sorprenden en nuestros días”, exclamó el presidente insular, Antonio Morales.

Y es que es difícil comprender, tal como explica la voz que ilustra a  los visitantes sobre el prodigio lumínico de la cueva, cómo los aborígenes lograron que la luz del sol entre cada equinoccio de primavera a la cueva para que el astro fecunde a la madre tierra, representada con una treintena de triángulos púbicos labrados en la pared. A medida que crecen los días, aumenta el tamaño de la luz hasta llegar al solsticio de verano, son los días de recogida de la cosecha. A partir de ese momento el haz comienza a hacer el recorrido contrario y a mermar a medida que se acortan los días hasta que desaparece del todo en el equinoccio de otoño, es el momento de la siembra.

Y sucede otro prodigio porque deja de entrar el sol, pero comienza a entrar la luz plata de las lunas llenas para realizar el mismo recorrido por el retablo bajo relieve de la pared de la cueva. 

“Pero la Unesco –prosiguió Morales-, “no ha reconocido exclusivamente el monumento arqueológico troglodita, sino el paisaje cultural resultado de la interacción armónica” del ser humano con el impactante entorno volcánico de las cumbres de Gran Canaria. 

Lograr que fuera declarado legado de la humanidad fue el “resultado del esfuerzo colectivo” de toda la sociedad, grupos de todos los colores, varias corporaciones insulares, y todas las instituciones, pocos proyectos logran un consenso de este calibre, celebró el director del proyecto, José de León. 

“Este es un gran día para Artenara, evitaremos que nuestras huellas destrocen las huellas de los aborígenes”, exclamó el alcalde del municipio, Jesús Díaz, quien elogió que ahora “se pueda dar a conocer al mundo lo que es Risco Caído desde el centro de Artenara”.

Ante representantes técnicos y políticos que intervinieron en el logro, el director del proyecto explicó que el objetivo de esta réplica es evitar la presión sobre la original, un lugar que además de limitado es inestable, y al mismo tiempo ofrecer la experiencia sensorial de estar en la original. El trabajo ha sido de una sutileza tal “que el facsímil es una joya en sí mismo”.

Miles de fotos, un año de trabajo y miles de pinceladas

La réplica ha requerido miles de fotografías, meses de trabajo, y cientos de pinceladas para darle su imagen final, y finalmente fue ensamblada en un espacio cavado en la piedra en el interior del Centro de Interpretación de Risco Caído y las Montañas Sagradas de Gran Canaria en el pueblo de Artenara.

La reproducción del fenómeno, la observación de los triángulos púbicos, cazoletas y bajos relieves, e incluso sonido ambiente real, arroparán la inmersión sensorial de los visitantes en su viaje a las raíces ancestrales de Gran Canaria y al vínculo que establecieron con los astros para medir su tiempo en el mundo. 

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