El Cabildo de Gran Canaria invertirá 10 millones en la ampliación y modernización de la depuradora de Guía-Gáldar en Bocabarranco, que reducirá los olores y contará con el primer tanque de tormenta de la Isla para recoger excesos puntualesde caudal y evitar vertidos gracias a un proyecto cuya licitación se publicará este viernes en el Diario Oficial de la Unión Europea y en la plataforma de contratación pública, lo que permitirá su adjudicación en el primer trimestre de 2021.
Esta inversión se suma a los 7 millones que el Cabildo destinará a habilitar un emisario submarino que verterá las aguas depuradas 1 kilómetro maradentro, obra que solo está a la espera del informe de impacto ambiental, que de llegar antes de que concluya 2020 podrá licitarse a mitad del próximo año.
Así lo anunció hoy el presidente del Cabildo, Antonio Morales, que también supervisó junto al consejero de Sector Primario, Miguel Hidalgo, la nueva instalación fotovoltaica puesta en marcha tras la inversión de 335.000 euros en la contigua desaladora de Bocabarranco, que acoge de este modo la primera intervención que se culmina dentro del Plan Renovagua para implantar energíasrenovables en infraestructuras del Consejo Insular de Aguas.
Los alcaldes de Gáldar y Guía, Teodoro Sosa y Pedro Rodríguez, mostraron su entusiasmo por la salida a concurso público de las obras de la depuradora, un proyecto de compleja tramitación que da respuesta a la reivindicación de ambos municipios desde hace años.
La planta de Guía-Gáldar pasará de tratar 3.000metros cúbicos diarios a 5.000, pues el incremento del volumen de aguas residuales que asume desde que fuera construida a finales de los años ochenta ha llevado al límite la capacidad de la estación, cuyo rediseño amplía su horizonte hasta 2046, cuando se estima que la suma de la población de los dos municipios ronde los 50.000 habitantes.
Además, la inclusión del novedoso tanque de tormenta, que ocupará una parcela colindante alactual terciario de la depuradora, pondrá fin a los episodios puntuales de vertidos de caudales sin tratar cuando las lluvias torrenciales desbordan la red por exceso de aguas pluviales. Este depósito de 6.000 metros cúbicos almacenará estas aguas para su paulatino tratamiento una vez pasadas las precipitaciones, lo que se traducirá en la mejora medioambiental de este punto del litoral galdense.
Las mejoras técnicas que introduce el proyecto repercutirán igualmente en la calidad y la reducción del índice de salinidad del caudal, el 25 por ciento del cual se destina a regadío, por lo general de parques y jardines, aunque también para fines agrícolas en combinación con el agua desalada, fundamentalmente en verano, cuando las plantas desaladoras se ven sometidas a una mayor demanda.
Esta mejora de la calidad del caudal tiene un doble beneficio. Por un lado, la reducción del índice de salinidad la hace más atractiva para los agricultores, aunque no iguale las características del agua desalada. Por otro, también reduce el impacto en el medio marino de las aguas depuradas que ahora terminan en el océano, aunque se trata básicamente de agua salada, de muy escasa afección ambiental y que ya cumple en todo momento con los requisitos que establece la normativa europea.
Este salto cualitativo de la depuradora se logrará con el pretratamiento de las aguas residuales en un espacio aislado con sistema de desodorización, en nuevos reactores biológicos y tanques de aireación prolongada, el control del caudal y de la aireación en circuitos independientes y la creación de un decantador de mayor diámetro que el actual, que se mantiene, así como en la ampliación del sistema de afino con filtros de arena, además de una nueva línea de fangos con estabilización aerobia y secado mecánico.
Placas solares en las cubiertas de la desaladora de Bocabarranco
Apenas 400 metros hacia el interior, en el mismo cauce donde se levanta la EDAR Guía-Gáldar, se encuentra la planta desaladora de Bocabarranco, donde desde el pasado 10 de septiembre captan el sol las 325 placas solares que ocupan casi 1.000 metros cuadrados en 3 de las cubiertas del complejo.
Esta instalación fotovoltaica de 100 kilovatios de potencia es la primera en ver la luz del Plan Renovagua y evitará la emisión a la atmósfera de 150 toneladas anuales de Co2, equivalentes a la importación de 30 toneladas de petróleo, además de ahorrar 19.000 euros en la factura energética del Cabildo.
Estos módulos solares iluminan el camino a seguir dentro del Plan Renovagua, cuyos 18 millones de euros extenderán el autoconsumo con renovables alas 26 instalaciones del Consejo Insular de Aguas para dejar de emitir 17.500 toneladas de Co2, evitarla importación de 4.700 toneladas de petróleo y ahorrar 2 millones de euros cada año.