El Museo y Parque Arqueológico Cueva Pintada ha iniciado un novedoso proyecto, junto a la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria y el chef canario Marcos Tavío, que tiene como objetivo aunar la investigación arqueológica e histórica con la creatividad gastronómica de vanguardia. Todo ello, con el objetivo final de elaborar una experiencia cultural gastronómica con productos locales relacionados con la subsistencia del Ágaldar indígena y colonial, que diseñará el propio Tavío y, a la vez, impulsar la creación de una atractiva vajilla de cerámica, inspirada en las colecciones que custodia el museo y parque arqueológico, para la presentación de los platos.
La finalidad es traducir la información arqueológica en diferentes propuestas gastronómicas que tendrán una estrecha relación con el conocimiento histórico, como las que ha desarrollado Tavío a través de su restaurante Aborígen y en la actualidad en Ocho El Hierro, el nuevo local que ha abierto en la isla del Meridiano, en el que cuenta la Historia a través de la cocina.
Esta ‘Experiencia gastonómica Cueva Pintada’ será el punto y final de un largo proceso que acaba de iniciarse y que comenzó a gestarse a finales de 2020 en el mencionado centro dependiente de la Consejería de Cultura del Cabildo grancanario, en el que la investigación, la memoria y la identidad serán protagonistas a través de la creación gastronómica, explica la directora y conservadora del Museo y Parque Arqueológico Cueva Pintada, Carmen Rodríguez.
“Los productos de Canarias son pilares esenciales de esa memoria e identidad colectivas y trasladar lo que conocemos sobre la alimentación de quienes poblaron el Agáldar prehispánico y colonial a creaciones gastronómicas de vanguardia, presentadas, además, en recipientes cerámicos inspirados en Cueva Pintada, es, sin duda, una aproximación impactante y novedosa”, subraya Rodríguez.
Y no solo se trata de ver qué nos revelan los análisis arqueológicos sobre lo que se consumía en la isla, sino también lo que nos transmiten las fuentes escritas sobre esas costumbres tan relevantes en la vida de estas poblaciones. Será igualmente importante en el proyecto incluir el cambio radical que tuvo que producirse después de la incorporación de la isla a la Corona de Castilla, pues fueron muchos los nuevos productos que llegaron a la isla, añade la directora.
La investigación será la base sobre la que se articula el proyecto. Se conocen los productos que consumían la población canario-amazige (cereales, productos lácteos, carnes, pescados, lapas…) pero es mucho más complejo determinar cómo eran preparados esos alimentos, cuáles fueron sus recetas. Y ahí entrará en juego la creatividad que siempre ha estimulado al chef Marcos Tavío, quien asegura que ese proceso, siempre complejo, ha cambiado a raíz de empezar a formular este tipo de cocina, ya que lo que hará en Cueva Pintada no difiere de lo que lleva años haciendo, solo que ahora lo llevará a cabo con mucho más conocimiento científico.
“Ese proceso creativo que he generado no es otra cosa que ponerme en la mentalidad de un aborígen y comprender cómo hubiera sido mi cambio a raíz de la culturización con la Conquista, en el que acepto la nueva cultura, pero mantengo mis raíces. Y eso es lo que hicieron los canarios durante muchos siglos, fueron culturizados, pero mantuvieron muchas cosas, sobre todo relacionadas con la alimentación”, explica Tavío.
Entre esos productos, no puede faltar el más universal y el alimento verdaderamente autóctono: el gofio. Aunque tampoco faltarán las lapas y las viejas, e incluso los caldos que aúnen productos del mar y de la tierra. Y Tavío también tiene pensado evolucionar el mojo por medio de una involución, es decir, intentar hacerlo basándose en una hipotética idea de cómo podían ser los mojos en esos momentos más remotos, elaborados a partir de las materias primas disponibles en aquellos momentos.
Como parte de ese proceso creativo, Tavío pudo conocer, de la mano del equipo técnico de la Cueva Pintada, algunos utensilios de cerámica que han sido encontrados en el yacimiento durante las diferentes excavaciones y la información que arrojan sobre sus posibles usos, al igual que los molinos de piedra, los morteros… También pudo contemplar restos de huesos recuperados en los ámbitos domésticos, tanto de mamíferos (cochino, cabra y oveja) como de peces (vieja, morena, salemas, sargos, palometas…), además de diferentes tipos de lapas y burgados que el centro custodia en su rico fondo.
Un proyecto con varias fases para llegar a un objetivo ambicioso
Para llegar al objetivo final, este proyecto transitará por varias fases. La primera supone la realización de una serie de encuentros entre Tavío y quienes llevan a cabo investigaciones arquelógicas sobre distintas evidencias materiales relacionadas directamente con la subsistencia. La catedrática de Prehistoria, Amelia Rodríguez, será quien coordine, junto a la directora del Museo y Parque Arqueológico, el equipo de investigación más idóneo para este proyecto.
En una segunda fase, la intención es conectar la información derivada de la investigación arqueológica con la realidad del sector primario de la Gran Canaria actual, en el que hay un importante volumen de productos que forman parte de la dieta de la población, desde la cebada hasta las lapas, el ganado caprino, las viejas o los higos.
Ya en otra etapa, la del diseño de los platos y de las presentaciones, entra en juego la propuesta de crear vajillas de cerámica dentro de un proyecto de diseño específico de soportes de cerámica. Lo harán Rocío Torres y Gustavo García, del taller de cerámica Mira, que trabajan en proyectos especializados en esta línea de adaptar las formas de los contenedores a las creaciones gastronómicas, como cuencos, platos o fuentes. Todo ello bajo la inspiración de las formas y decoraciones existentes en las lozas canario-amaziges y coloniales.
Y el último paso, que podría realizarse ya a finales de este año, será el de ofrecer la experiencia cultural gastronómica Cueva Pintada que pueda ser elaborada, presentada y reproducida y, por supuesto degustada, pero no un único día. El objetivo es que se trate de una experiencia que pueda ser reproducida en distintas ocasiones para la promoción del patrimonio cultural y, también, del rico patrimonio gastronómico insular y de producción de cerámica. Se trata, de hecho, de una propuesta que puede itinerar, ya por el resto de las islas, ya fuera de las fronteras del archipiélago.