El alcalde de Gáldar, Teodoro Sosa, y la concejala de Solidaridad, Ana Teresa Mendoza, recibieron en la mañana de este jueves en la Sala Sábor de las Casas Consistoriales a niños y niñas saharauis procedentes de los campos de refugiados de Tinduf (Argelia) que pasan el verano con familias canarias gracias al proyecto ‘Vacaciones en paz’, y a Mohamed Said, adjunto al delegado del Frente Polisario en Canarias. Un total de ocho niños son acogidos en familias de la comarca norte, entre los que se encuentran Salamú, Chaba y Net-ta, participantes en el recibimiento y que transmitieron su alegría por estar en la Isla, de la que destacaron sus playas y piscinas, que situaron como sus lugares favoritos. El Ayuntamiento de Gáldar, con la colaboración de Fomento de Gáldar, hizo entrega de regalos a los niños.
Teodoro Sosa dio las gracias a las familias y a Mohamed Said por su implicación en acoger “a parte de nosotros porque el pueblo saharaui es un pueblo hermano de Canarias con el que tenemos estrechos lazos históricos”. “En Gáldar siempre hemos estado al lado de la República Árabe Saharaui Democrática”, añadió el primer edil, que también destacó la ayuda del Cabildo de Gran Canaria en todo momento.
“A estos pequeños les tenemos que hacer la vida lo más sencilla posible. Este debe ser un día de alegría porque estos pequeños están compartiendo con nosotros una calidad de vida que no tienen allí y ojalá no tuviera nadie que pasar por el calvario que pasan en estos momentos”, continuó Sosa.
Ana Teresa Mendoza, concejala de Solidaridad, también dio las gracias a las familias participantes en el proyecto y subrayó que Gáldar “es un municipio solidario que siempre tiene las puertas abiertas para el pueblo saharaui”.
Por su parte, Mohamed Said detalló que este año vinieron cuarenta jóvenes a Gran Canaria que se hospedan en la isla hasta el mes de septiembre. Debido a que en 2020 y 2021 este proyecto se tuvo que paralizar debido al coronavirus se da la circunstancia de que todos los llegados este verano están viviendo su primera experiencia con ‘Vacaciones en Paz’.
Said subrayó de este proyecto los beneficios alimenticios y sanitarios para los niños, además de los culturales y de ocio, ya que en verano en su lugar de procedencia superan los 50 grados de temperatura, motivo por el que proliferan las enfermedades y aumenta la mortalidad infantil.
Así, los niños y niñas, al igual que los adultos que le acompañan, tienen la oportunidad de hacerse una revisión médica para detectar posibles enfermedades y actuar adecuadamente con las correspondientes consultas, intervenciones o tratamientos pues, si bien es cierto que en estos campos de refugiados existe un sistema de salud organizado, dicho sistema no reúne las condiciones suficientes para detectar y sanar ciertas enfermedades.