María Quintana Benítez, conocida como ‘Coca’, falleció este miércoles a los 90 años de edad en Juncalillo, lugar donde era muy conocida y querida. La Asociación Vecinal, entonces denominada Imidagüen, y el Ayuntamiento de Gáldar le hicieron entrega de un reconocimiento en noviembre del 2020 en la Semana de la Democracia Local por su implicación en el movimiento vecinal. Su capilla ardiente ha sido instalada en el tanatorio municipal de San Isidro y el sepelio tendrá lugar en Juncalillo a partir de las 19.15 horas.

Teodoro Sosa, alcalde de la ciudad, mostró sus condolencias a su familia y amigos «por la pérdida de una gran persona implicada por el desarrollo de su familia y que realizó un gran labor por mantener vivos los Altos de Gáldar». «‘Coca’ era todo un ejemplo de generosidad y de trabajo, fue una mujer muy luchadora, querida muy especialmente en Juncalillo pero también por todos quienes la conocían», añadió el primer edil

María Quintana Benítez nació el 28 de octubre de 1932 en Santa María de Guía, donde vivía con sus padres y sus cinco hermanos, siendo ella la primogénita. Estudió en el colegio de Las Dominicas de Santa María de Guía desde los cinco hasta los diez años. A esta corta edad, tras el fallecimiento de su padre, tuvo que dejar sus estudios para ayudar en casa y trabajar en una pequeña tienda que tenía su abuelo. Al poco tiempo de empezar a trabajar en la tienda se matriculó en Corte y Confección, terminó sus estudios y se dedicó desde entonces a confeccionar ropa.

Conoció a su marido Manuel Ojeda González, natural de Juncalillo, porque trabajaba en la finca de sus abuelos en Guía. Se casaron el 20 de enero de 1952, estableciendo su residencia en Guía hasta 1956, cuando llegó la propuesta de su suegro de que se encargaran de la finca de ‘Gitana’, en Juncalillo. María, Manuel y su primer hijo, de cuatro años de edad, se trasladaron allí el 18 de agosto de ese mismo año.

En ‘Gitana’ comenzó una nueva vida, distinta a la que había llevado hasta el momento. Había trabajado como costurera y a partir de aquí aprendió el oficio de la labranza. Tomó los conocimientos de los mayores del pueblo y de su marido Manuel. Desde entonces, María ha vivido en Juncalillo, donde ha visto nacer a cuatro de sus cinco hijos, a los que sacó adelante, junto a Manuel, con mucho trabajo y sacrificio. Manuel, que falleció en 2010, contagió a María su amor por la labranza, labor que siguió ejerciendo hasta los últimos años de su vida.

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