Santiago Ortega Quesada, histórico pescador de Caleta de Arriba y considerado uno de los últimos de su profesión en este barrio costero, ha fallecido este sábado a los 96 años de edad. Residente en la calle Tazirga, era muy conocido por su amor por el mar y su labor de pescador. El Ayuntamiento de Gáldar y la AAVV Caleta de Arriba le hicieron un homenaje en 2019 en el Reconocimiento Vecinal. Su capilla ardiente ha sido instalada en el tanatorio municipal de San Isidro.
Teodoro Sosa, alcalde de la ciudad, da el pésame a toda su familia por la pérdida «de un hombre que representa el trabajo incansable de nuestros pescadores, los de antes, la vida del sacrificio, las horas y horas en el mar en busca de sustento». «De raíces humildes y trabajadoras, estuvo siempre dispuesto a compartir sus conocimientos con los más pequeños del barrio, a entablar conversaciones con sus vecinos, con ese carácter amable y sereno que dan los años», recuerda el primer edil.
Nacido el 18 de julio de 1927 en la extinta calle Teorito, actual calle Delgado, residió allí hasta los cuatro años, cuando su domicilio familiar se trasladó a la calle Mimosa, hoy en día Tazirga, a la que quedaría ligado el resto de su vida. Hijo de Juan Daniel, de Telde, y de María del Carmen, La Isleta, procede de una familia humilde y trabajadora. Es el hijo menor de seis hermanos: Domingo, Manuel, Juan, Estebana y Marcelo.
Con la Guerra Civil tuvo que abandonar muy pronto la ya de por sí precaria educación propia de la época para dedicarse al oficio familiar brindado por su padre, el de pescador, que fue su profesión aunque en épocas de mal tiempo la compaginó con la agricultura. Como resultado de estas labores Caleta de Arriba se convirtió en su segundo hogar. En las tardes de verano compartía con los más jóvenes y veraneantes enseñanzas sobre la pesca y sobre la mar. Siempre estuvo dispuesto para las salidas de emergencia de las que fueran avisados desde las playas vecinas si había personas en peligro y alguna vez tuvo que actuar.
Una vez jubilado convirtió ‘La Palma’, su barco de faena, en una embarcación de recreo, aunque por motivos de salud la acabó cediendo a su hijo mayor, Santiago. Al ser un marinero experimentado fue por varias décadas el encargado de sacar en procesión marítima a la virgen afincada en el barrio, La Virgen del Mar.