Se trata de un programa con compromisos y ventajas al que se adhirió el Cabildo como ente coordinador, asesor, y en algunos casos hasta gestor, de los municipios de Gran Canaria. La Institución le dio este viernes el pistoletazo de salida con una reunión con los 21 municipios para darles a conocer todos los detalles para que decidan si se suman a este proyecto, aunque la afluencia hace prever una gran adhesión y antes del inicio del encuentro ya dos manifestaron su intención de sumarse, aparte de que Teror ya se adhirió hace tiempo.

Este programa supone la promoción de las energías renovables, el ahorro y la eficiencia energética, la gestión sostenible del agua y “todo un conjunto de medidas que conduzcan a una reducción del 40 por ciento de las emisiones de CO2 en el año 2030”, compromiso del programa, que precisa la aprobación de los plenos insulares, dado que la adhesión exige una implicación de calado y efectiva.

Tanto es así, que la Unión Europea inspeccionará cada dos años el cumplimiento municipal del Pacto de los Alcaldes, al que ya se han adherido 7.000 municipios europeos de los que hoy salieron a relucir algunos por sus buenas prácticas, un apartado de la presentación en el que García esperó que aparezca Gran Canaria cuando en el futuro se dé a conocer en otros lugares.

Los ediles conocieron así la hoja de ruta y los instrumentos que el Consejo Insular de la Energía va a utilizar para impulsar y apoyar las acciones del programa, para lo que dispondrá de recursos humanos y financieros “para que la implantación del Pacto sea una realidad en breve”, agregó el consejero.

Cada municipio, explicó, tendrá un plan de actuación por el clima y la energía sostenible con priorización de las actuaciones para cumplir con el objetivo del 2030 y, por otro lado, supondrá también una ventaja competitiva a la hora de presentarse a cualquier proyecto europeo o estatal puesto que obtendrán mayor puntuación. Paso previo para el plan de actuación será el estudio que realizará el Cabildo para que cada municipio cuente con una estrategia “clara”.

García apostó por la adhesión de los consistorios también por “responsabilidad intergeneracional”, ya que salvo algunos “negacionistas”, la previsión aceptada por la mayoría es que habrá fenómenos meteorológicos adversos y catástrofes naturales si no se pone freno al calentamiento global, así que mejor apostar por tomar medidas y dejar a las futuras generaciones un modelo de ecoisla en el que esta iniciativa europea será “un instrumento muy eficaz”.

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