Así, Martínez Murillo ha explicado que el cambio de hora produce alteraciones en el sistema neuro-hormonal que regula los niveles de luz y oscuridad captados por la retina y enviados al cerebro.
Cuando se modifican los niveles neurohormonales habituales, como por ejemplo la melatonina, el cerebro debe readaptarse a las nuevas condiciones y esto tarda entre dos o cuatro días. «Es un cambio pequeño, de una hora arriba o abajo y en pocos días el cuerpo se regula de nuevo», ha manifestado el científico, que ha restado trascendencia a las alteraciones que puede producir el cambio de hora que se producirá este domingo a las 02.00 horas.
En la madrugada del próximo domingo se adoptará el horario de verano y se añadirá una hora al reloj, de forma que a las 02.00 horas serán las 03.00 horas. Realizar este cambio, que desde 2001 se hace con carácter indefinido en toda Europa, supone para España un ahorro de energía del 5 por ciento, lo que supone un ahorro económico de unos 300 millones de euros.
Para el científico, más allá del ahorro económico que esto supone, es más importante el hecho de que una reducción en el consumo de energía se traduce en un descenso de la contaminación y esto, a su juicio, es «siempre beneficioso».
En este contexto, ha señalado que la contaminación también afecta al cerebro, que no se oxigena igual con mayores niveles de CO2 y otros gases contaminantes en la atmósfera.
Por último, ha subrayado que niveles altos de contaminación y de CO2 pueden afectar, sobre todo a las vías respiratorias y esto, a su vez, puede perjudicar al funcionamiento del sistema nervioso. «El cambio de hora es bueno para la contaminación y para la salud humana», ha concluido.
Fuente: La Razón-salud