Salir a correr, en bicicleta o acudir a la piscina a nadar son actividades cardiorrespiratorias que si se ponen en práctica con 20 o 25 años tendrán un beneficio positivo en la salud cognitiva de la persona a los 45-50 años. Tal fue lo que sucedió con los 2.747 hombres y mujeres que han participado en este estudio que ha capitaneado Jacobs y cuyos resultados publica ahora la revista «Neurology».

Todos los participantes fueron sometidos a la primera prueba en 1985, cuando tenían entre 18 y 30 años. Entonces, corrieron en una cinta para evaluar su aptitud física. Aguantaron una media de 10 minutos a velocida dmáxima hasta que ya no pudieron más. Este control se repitió durante el primer año del estudio y siete veces más a lo largo de los veinticinco años que ha durado la investigación.

La última vez que se subieron a la cinta fue en 2010, momento en el que los investigadores sometieron a los participantes a tres pruebas: memoria verbal, velocidad psicomotora (la relación entre las habilidades de pensamiento y el movimiento físico) y función ejecutiva.

Durante la prueba del esfuerzo, los hombres y las mujeres estuvieron caminando o corriendo encima de la cinta mientras esta se inclinaba hasta que presentaron síntomas de agotamiento. Aguantaron de media 7,1 minutos, 2,9 minutos menos que hace veinte años.

Sin embargo, no solamente su resistencia física cambió, sino también su memoria. Por cada minuto adicional que duraron en la cinta respecto a la primera prueba, recordaron 0,12 palabras más correctamente en los test cognitivos de entre 15 palabras y ubicaron correctamente 0,92 más números con símbolos sin sentido. Todo ello tras ajustar el estudio teniendo en cuenta el tabaquismo, la diabetes y el colesterol alto de los participantes

El resultado fue determinante: quienes mejores resultados obtuvieron en los test, fueron los que mejor soportaron la prueba del esfuerzo veinte años después. Es decir, quienes se habían preocupado a lo largo de los años de mantenerse en forma físicamente fueron los que más ágiles estaban mentalmente.

«Muchos estudios demuestran los beneficios para el cerebro de la buena salud del corazón», afirma David R. Jacobs. «Este es un estudio más importante -continúa- que debe recordar a los adultos jóvenes los beneficios para la salud cerebral de actividades como correr, nadar, andar en bicicleta o acudir a clases de fitness.

Fuente: Abc-salud

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