«Los resultados de nuestro estudio sugieren que caminar puede proporcionar una manera segura y fácilmente accesible de mejorar los síntomas de la enfermedad de Parkinson y la calidad de vida de los pacientes», afirma el autor del estudio, Ergun Y. Uc, de la Universidad de Iowa y el Centro Médico de Asuntos de Veteranos de Iowa, en Estados Unidos.

En el estudio participaron 60 personas que realizaron sesiones de caminatas a una intensidad moderada llevando monitores de frecuencia cardiaca tres veces a la semana durante 45 minutos por sesión a lo largo de seis meses. También se les realizaron pruebas para medir su función motora, capacidad aeróbica, estado de ánimo, cansancio y memoria y capacidades cognitivas.

La velocidad media a pie era alrededor de 2,9 kilómetros por hora y los participantes fueron realizando ejercicio al 47 por ciento de su frecuencia cardiaca de reserva, que cumple con la definición de ejercicio aeróbico de intensidad moderada.

Los autores detectaron que caminar a paso ligero mejora la función motora y el estado de ánimo en un 15 por ciento, con una mejora del control de la atención/respuesta de un 14 por ciento, una reducción del cansancio de un 11 por ciento y un aumento de la aptitud y la velocidad aeróbica de la marcha en un 7 por ciento. En la prueba de la función motora, los participantes mejoraron en un promedio de 2,8 puntos, lo que se considera una diferencia clínicamente importante.

«Las personas con enfermedad de Parkinson de leve a moderada que no tienen demencia y son capaces de caminar de forma independiente sin un bastón o andador pueden seguir con seguridad las directrices de ejercicio recomendadas para los adultos sanos, que incluyen 150 minutos por semana de actividad aeróbica de intensidad moderada», apunta Uc, agregando que estos resultados necesitan confirmarse en un estudio aleatorio con un grupo control.

Fuente: ABC-Salud

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