El enorme alcance de la publicación hizo que numerosos ciudadanos permanecieran pendientes del paradero de Pichu, compartiendo sus fotos y su historia. Finalmente, Pichu aparecía sobre la misma hora en la que el sábado había desaparecido y en el mismo lugar, dejando todo en una anécdota para su familia y los miles de ciudadanos que quisieron colaborar con ellos y permanecer pendientes a su historia.

Según cuenta su dueño, Óliver Tacoronte, lo que pasó realmente fue que Pichu se encontró con una perrita a la que quiso acompañar, desapareciendo con ella el sábado por la tarde. Al parecer, la perrita es asidua de la playa de La Punta y baja todos los días sobre las siete de la tarde a dar una vuelta por la zona.

El sábado, mientras Pichu paseaba, se produjo el flechazo, y el domingo, cuando la perrita volvió a bajar a la playa ya no iba sóla. Estaba acompañada por Pichu, que rápidamente fue identificado por los vecinos y avisaron a su familia.

Al final, la historia que conmocionó a los internautas galdenses este domingo, resultó ser una bonita y emotiva doble historia de amor: el amor entre un pequeño perrito mil leches y su familia galdense; y el amor entre Pichu y su nueva amiga femenina compañera de aventuras desde el sábado por la tarde. Ahora, Pichu podrá seguir viviendo felizmente con su familia, compaginando el amor de sus dueños con el de su nueva amiga del barrio galdense de La Punta.