Durante los trabajos de vaciado han aparecido multitud de fragmentos de cerámica y lapas, restos típicamente localizados en los diferentes yacimientos arqueológicos. Además, la extracción de la tierra ha dejado al descubierto restos de un tipo de argamasa en algunas zonas de la pared de la cueva, de la que se han tomado muestras para analizar y determinar su antigüedad.
Los trabajos concluyeron el jueves por la tarde con la incertidumbre sobre cuál sería el tamaño real de la cueva, ya que en la misma apareció un muro de canto que ejercía a modo de viga para evitar el derrumbe de la carretera y que ocultaba la mitad de esta zona de la cavidad. Se especulaba con la posibilidad de que continuara detrás de dicho muro pero una vez derribado y vaciado este viernes se comprobó que la cueva no continuaba por la parte posterior, por lo que ya se conoce la estructura definitiva.
La cavidad presenta una estructura dividida en dos, con una de las divisiones que conecta con una de las casas de la zona, de unos cuatro metros de alto y otros tantos de largo, y la otra zona donde se ha actuado durante el día de hoy, que se encuentra aislada del resto mediante un muro y una ventana.
Los arqueólogos han extraído del interior de la cavidad todos los objetos aparecidos entre la tierra y técnicos de inspección de Patrimonio Histórico han tomado fotografías de toda la estructura para realizar los trabajos de datación y levantamiento topográfico.
Una vez que concluya el trabajo de los arqueólogos, la empresa encargada de las obras volverá a rellenar la oquedad con tierra para continuar las obras, pero esta vez con el conocimiento de que en ese lugar se encuentra una vivienda más del antiguo poblado de Agáldar.