En esta su primera celebración, el cura párroco de la Iglesia de Santiago, Manuel Reyes Brito, cumplió con la cita y tras la celebración de la Eucaristía, se dispuso a recibir en el frontis a los vehículos que ya esperaban en las calles cercanas para recibir la bendición.
El párroco quiso elegir un ramillete de crisantemos para bendecir los cerca de 300 vehículos y casi una decena de motocicletas que fueron desfilando haciendo sonar las bocinas, mientras que un grupo de vecinos presenciaba esta popular tradición en Gáldar.
Algunos coches recién estrenados, otros conductores habituales cada año, y familias enteras que dentro de los vehículos iban recibiendo el rocío de agua bendita y el deseo de “suerte” que les transmitía el cura párroco a su paso.