César Ubierna alabó el arte de este artesano que ha logrado perfeccionar su trabajo con tantos años de experiencia moldeando y dando formas a un material tan noble como la madera. Desde la década de los sesenta, Manuel Díaz Medina aprendió la fuerza de sus manos y el resultado de labrar piezas hechas con moral, nogal, aguacatero, cedro, válidas para expresar todo su saber y su sensibilidad.
Bustos, tallas religiosas, piezas de figuras padronianas y una pieza homenaje a un oficio que conoce muy bien, el de canteros, profesión que ejerció su padre y que representa la entrega a un duro trabajo con el que se ganaban la vida muchas familias de Gáldar.
Con la Virgen y el Niño hecha en 1968 arranca el recorrido de esta exposición hasta llegar a las dos Harimaguadas que no han sido expuestas hasta ahora.