Con una cuidada puesta en escena, los miembros de la agrupación consiguieron ambientar su sede, situada en la calle Faicán Guanache, en una antigua vivienda familiar canaria del siglo XIX, en la que no faltaron las escenas de las mujeres de la familia rezando por los familiares fallecidos, mientras los hombres jugaban a la baraja en el patio de la vivienda.
Pero si hay algo que no puede faltar en una noche de finaos es el tradicional asado de castañas y piñas, acompañado del vasito de vino o anís y otros productos acompañado de la buena música de la tierra.
Muchos vecinos no quisieron perderse esta nueva cita con las tradiciones que recupera la agrupación, entre los que se encontraban el concejal de Cultura, Julio Mateo, y el alcalde de la ciudad, Teodoro Sosa. Surco y Arado estuvo acompañado por el grupo de la Escuela Municipal de Folclore de Adeje, de la isla de Tenerife.