Imágenes de Nicolás Caraballo

Le gusta la oscuridad de las cuevas y también los fondos de arena en los que se cubre para pasar inadvertido, con su cuerpo circular y piel desnuda, su mayor desgracia es poseer una cola con un fuerte aguijón que utiliza como defensa ante el ataque de los depredadores. Esto ha dado lugar a que cuando es pescado, tras su captura se le corte la cola y se devuelva al medio marino sin defensa alguna para poder sobrevivir a los ataques de sus depredadores.

Son también vulnerables a la pesca de arrastre, que en Canarias es prohibida y, tal vez por ello, tenemos la suerte de contar con un número importante de especímenes, cuando en otros lugares del mundo es difícil observarlos. De ahí el interés de muchas personas de viajar a nuestras Islas para poder observarlos en sus buceos. Además se trata de animales muy tranquilos que si no son molestados posan tranquilamente a nuestro lado, sin alterarse por la presencia humana.

A pesar de estar protegidos tanto a nivel europeo como por órdenes ministeriales y ser de prohibida captura por el Gobierno de Canarias, los chuchos negros siguen siendo capturados por embarcaciones dedicadas a la pesca deportiva y además expuestos como medallas para hacerse fotografías.

Desde ATIRACAN venimos denunciando estos hechos desde hace tiempo y además desarrollamos la Campaña “Yo protejo mi fauna”, para que este tipo de hechos deleznables dejen de darse en Canarias.

Un animal sin interés comercial, que no sólo no es peligroso sino más bien amigable, que realiza su labor para mantener el equilibrio del ecosistema marino y con el que tenemos el privilegio de contar en Canarias, es un rey destronado al que se pesca y maltrata. Acabar con todo esto es imprescindible para conservar nuestra rica biodiversidad y con ello la riqueza natural de nuestro mar.

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