El pasado mes de septiembre comenzaron unas obras de rehabilitación adjudicadas por dicha administración, consistentes en el pintado y restauración exterior del mismo. Sin embargo, una vez comenzados los trabajos, se detectó que la cercanía del mar había afectado a la estructura interna de edificio, por lo que hubo que replantear la obra y adjudicar los nuevos trabajos.
La restauración inicial incluía el arreglo de la base de cristales de la linterna, el pintado de toda la estructura metálica, así como la impermeabilización de la cubierta y la restauración del fuste mediante cepillado del mismo, colocación de pasivador para la armadura y pintado del fuste.
Sin embargo, una vez iniciados los trabajos se constató que el deterioro del fuste era muy superior al que inicialmente previsto, dado que la corrosión afectaba a las armaduras de la estructura, en algunos casos produciendo la rotura total de la misma.
Fue en octubre de 2015, tras una inspección visual y fotográfica de los distintos desperfectos que afectaban a este faro, cuando se determinó que era preciso proceder a la reparación del fuste y nuevo pintado del mismo dada la importancia de las fisuras que se observaban.
El armado del fuste es vital para la conservación del mismo evitando fisuras e incluso grietas debidas a esfuerzos que el armado no sea capaz de absorber. La corrosión de esta armadura se traduce en una disminución de la resistencia de la barras e implica un aumento de tensiones en estas. Se puede originar el colapso de la estructura si los elementos no son capaces de absorber las solicitaciones para las que fueron calculadas.
El pasado mes de abril se reanudaron los trabajos después de una nueva adjudicación que incluía la reparación de los desperfectos detectados en la primera intervención, estableciéndose como fecha de fin de obra el inicio del verano de 2016, plazos que ha sido cumplidos con creces.
Además, el concejal de Urbanismo del Ayuntamiento de Gáldar ha informado que a través de una subvención del Cabildo de Gran Canaria se invertirá unos 80.000 euros para la construcción de un mirador, aparcamientos y la instalación de señalética en el entorno del Faro, mejorando así una zona que por su belleza es un reclamo turístico para muchos visitantes, y un lugar de esparcimiento para muchos vecinos.
Con los trabajos se devuelve al edificio su aspecto original, que seguro será protagonista en miles de fotografías de los magníficos atardeceres que prácticamente todas las tardes se puede disfrutar en la zona.