Fue la cuarta edición dedicada este año al drago de Gáldar, en la que sonaron las isas, folías, seguidillas, boleros y baladas, y se ofrecieron los bailes que acompañaron a un espectáculo que hizo vibrar a un público entregado, en una noche cálida imposible de olvidar.
La obertura fue lo primero que emocionó por el significado que tiene para Gáldar su drago centenario y sus raíces que recuerdan el pasado prehispánico de esta Ciudad. Corrió a cargo del proyecto aborigen Ifh Ahamán, con dirección de David Román y la colaboración del ballet de Lucía González Salgado; con la actuación del Ballet de Alejandra Oderda, actuaciones que iniciaron y propiciaron el camino de un espectáculo pensado para mover las emociones y reafirmar el sentimiento de ser galdense.
Especialmente cuando todas las agrupaciones invitadas dispuestas sobre el escenario, Farallón de Tábata, Los Cebolleros, Facaracas, Surco y Arado interpretaron “Gáldar Mía” con las voces solistas de Mari Naty Saavedra y Antonio Martín, que hicieron sentir la letra que cuenta el amor a la historia, las calles y el paisaje de esta ciudad, y dar paso a la Banda Municipal de Gáldar que hizo sonar Nube de Hielo acompañado por el baile de las alumnas del Ballet Municipal de Gáldar continuando con la interpretación de la afamada Chan Chan
Cada actuación fue anunciada y explicada por dos conocidos y ya fieles presentadores de Agáldar, Victorio Pérez de RTVCanaria y Eulalia Marina, de Radio Gáldar, que aportaron con aciertos y guiños al público la armonía y el ritmo que necesita este espectáculo musical.
Tras la Isa de la Novia que interpretó el grupo emblemático Los Cebolleros de Gáldar, con arreglos de Abel Castellano, subió al escenario Pepe Mejías para acompañar al piano a dos conocidas damas y voces singulares, Chari de Alba y Carmen Estévez, derrochando fuerza y pasión en sus interpretaciones individuales de boleros y también cantando juntas.
Fue el turno entonces de Farallón de Tábata y sus Saltonas de Gran Canaria que animaron al público permitiendo dar paso a un joven solista de Gáldar, Antonio María Benítez que ofreció el tema “Mi gran noche”. Tras su actuación los cuatro grupos folclóricos al unísono continuaron con folías, isas y polcas y con las voces de Ana Ojeda, Abel Castellano, Davinia y Manolo y los cuerpos de baile de Farallón de Tábata y Surco y Arado.
Y llegó uno de los momentos más emotivos cuando los cuatro grupos folclóricos y la Banda Municipal interpretaron “Un bolero para Gáldar” con las voces de los solistas Antonio Sosa y José Angel, y el acompañamiento de un público ya entregado a las emociones de sentirse profundamente unido a esta tierra.
Nadie se quiso mover de sus asientos y la noche fue transcurriendo de forma animada a lo que colaboró la interpretación de Surco y Arado y su cuerpo de baile que ofrecieron el tema “La Zaranda de Lanzarote” tan vistosa para los allí presentes.
Agáldar se centró entonces en sus jóvenes solistas acompañados de los componentes de la Banda de Música Municipal: primero Marilia Monzón con su dulce Quizás,quizás, quizás; Borja Vera y su acompasado y bien contado “Historia de un Amor” y la interpretación de un tema que no deja indiferente “Patria Canaria “por Víctor Batista, a la guitarra y con Ana Gil, Paula Aguiar y Marilia como solistas.
Le llegaba la ocasión a Facaracas que eligió para su público el tema Niña Hermosa.
La invitada de este año Fabiola Trujillo, sorprendió una vez más por su espectacular potencia en su voz y cantando junto a la Banda de Música el tema “Cenizas” un estreno para la noche. Y aunque Luis Morera de Taburiente, tuvo que suspender su actuación por motivos de salud que le impidieron viajar y cantar en este festival como había anunciado, no faltó en esta edición su “Ach Guañac” cantado por los 400 artistas sobre el escenario y por la voz del solista Jesús Monzón componente de Los Nuevos Cochineros con el que se quiso poner el broche final y la emotiva despedida acompañada de los fuegos artificiales.
Somos costeros fue el regalo al público en el adiós hasta el próximo año de Agáldar dejando un buen sabor de boca en todos los asistentes que en pie aclamaron la calidad y el buen hacer artístico de esta Ciudad, que una vez más demostró en una noche su amor por la música y su apego a las costumbres más queridas de esta tierra.