Desde muy joven, Tomás se inició en la música formando parte de la coral estudiantil de su ciudad natal, el Orfeón Cardenal Cisneros. Animado por la directora de esta agrupación, recibió clases de canto durante tres años en la academia de Lola de la Torre, participando en diferentes conciertos celebrados en el Pérez Galdós, en el Círculo Medina, según informan Los Gofiones en su página web.

A mediados de los ’60 fue invitado a formar parte de la entonces recién fundada y más tarde laureada Coral Polifónica de Las Palmas, donde permaneció un par de años. En Febrero de 1991 se incorpora a Los Gofiones, culminando así una vieja aspiración, interpretar música folklórica canaria.

La noticia de su fallecimiento ha causado gran consternación en el mundo del folclore y también entre quienes trabajaron con él en La Caja de Canarias.

La capilla ardiente ha sido instalada en el tanatorio San Miguel de la capital grancanaria, donde este lunes, a las 10.00 horas, se procederá a la incineración de sus restos mortales.

Descanse en paz.

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