No le sentó bien a determinados poderes fácticos que la ciudadanía de Gran Canaria optara, en las últimas elecciones locales de 2015, por una mayoría progresista para el Cabildo de Gran Canaria. Se les pusieron los pelos como escarpias. Tocaron a rebato. Cerraron filas y planificaron una guerra de guerrillas contra el Gobierno insular, activados por el miedo –real, sin duda- a la pérdida de control sobre las decisiones políticas.

La primera vez que la bicha asomó la cabeza fue en marzo de 2016. Apenas habían pasado unos meses desde que tomáramos posesión, pero el 12 de marzo de ese año el periódico La Provincia llevó a portada y a una página interior una información, apoyada en grandes titulares, en las que venía a decir que “Los empresarios ven un Cabildo parado y en riesgo de perpetuarse en la inacción”. Dejaban entrever que eran casi todos los empresarios del mundo. Que les preocupaba nuestra posición sobre la Ley del Suelo y sobre la distribución de los recursos del IGTE. Luego algunos de ellos, como los caracoles, dije en aquel momento, empezaron a asomar sus cuernitos al sol. Y terminaron más o menos por perdonarnos la vida. El Círculo de Empresarios y la CCE aparecieron en portada del mismo medio dos días después conminándonos a un mayor liderazgo económico y haciendo especial incidencia de nuevo en el IGTE, proyecto estrella de Fernando Clavijo al que terminarían apoyando en su propuesta de distribución de los recursos a través de la triple paridad, en contra de los intereses de Gran Canaria. Afirmaron que no se referían al actual gobierno insular, que, en fin, solo se trataba de advertir que en los últimos diez años el Cabildo se había estancado… Pero nos mostraron el andar de la perrita. Y no me callé a la hora de manifestar que ese periódico había realizado una campaña de presión con algunos poderes económico-empresariales y el sector más ático de CC con los que se empezaba a vislumbrar una alianza de sangre. Eso fue hace un año.

Desde el tiempo transcurrido hasta el momento, el entreguismo de algunas organizaciones empresariales y cierta prensa grancanaria a ATI ha sido clamoroso. Hay que decirlo. Es obvio. Lo cuenta muy bien Manuel Mederos (http://www.canarias7.es/articulo.cfm?id=459390).

Pues bien, exactamente un año después –apenas llevamos un año y medio de mandato- la bicha vuelve a salir a la palestra. El pasado sábado un redactor de La Provincia me llama para anunciarme que preparan un reportaje sobre un informe del Círculo de Empresarios en el que señalan que Gran Canaria se estanca y Tenerife nos supera. Quería conocer mi opinión y se la di, aún sin conocer exactamente cómo iba a ser el tratamiento de la información, aunque lo intuía. Luego me anuncian que yo no salgo dando mi versión hasta el lunes. No era bueno –percibo- que se contaminara la visión catastrofista que se pretendía dar. Efectivamente, la portada de ese diario el domingo nos trasladó, a cinco columnas, que “Tenerife supera a Gran Canaria”. Ese mismo día el presidente del Círculo de Empresarios, Mario Romero, decía en una entrevista en el Canarias 7 que “Gran Canaria tiene gran culpa de la ventaja de Tenerife”. Y hablaba de marañas administrativas, de la valentía de la Ley del Suelo, de lo contentos que están con Fernando Clavijo… Yo desconocía que la semana anterior La Opinión, el periódico del mismo grupo que La Provincia que se edita en Tenerife, había titulado, con el mismo formato, que “Gran Canaria admite que Tenerife tiene un mayor empuje económico”. Efectivamente, al día siguiente, lunes, salgo dando mi opinión en La Provincia pero esta vez a una sola columna en portada (el titular ese día es que “Urbanismo da vía libre a los huertos en las azoteas…”. La diferencia es notable). No recibo, ni siquiera, el mismo tratamiento que el alcalde de San Bartolomé, Marco Aurelio Pérez, que, a cinco columnas y de nuevo en portada, manifiesta al día siguiente, martes, que “El problema de este Cabildo es que entiende mal el desarrollo. En la calle Bravo Murillo hay alguien que aplica mal en Gran Canaria los criterios de sostenibilidad”. (Le pareció al periódico que esa frase era lo más destacado de su charla en un foro que había organizado en el Hotel Santa Catalina). ¡Marco Aurelio dando lecciones de sostenibilidad! Ya la había emprendido contra mí en enero de este año acusándome falsamente de paralizar las obras del Siam Park al que él aún no le ha dado la licencia. El miércoles se suma también el presidente de la CCE con el argumento de que uno de los impedimentos para invertir en Gran Canaria es que el modelo de crecimiento del Ayuntamiento de San Bartolomé es distinto al del Gobierno del Cabildo. Denme un ejemplo, por favor.

Y aunque en el editorial de La Provincia (De la hegemonía al letargo) se afirma de pasada que todo lo que está sucediendo viene de atrás, que también el Gobierno canario tiene alguna responsabilidad con lo que está sucediendo en nuestra isla, la realidad es que todo apunta a un nuevo episodio de presión hacia el Gobierno insular a cuenta de la Ley del Suelo y a un intento de desgaste de la mayoría de gobierno y de su presidente. Parece que la información va de otra cosa, pero no. Carlos Sosa lo analiza al detalle en Canarias Ahora:
http://www.eldiario.es/canariasahora/topsecret/blues-insularismo_6_626847351.html.

Y no quieren darse cuenta, especialmente los empresarios que representan a organizaciones y que tienen el carné del PP, de que si las cosas vienen mal por la inacción del Cabildo, se debe a que el Partido Popular ha gobernado en esta institución en los últimos 20 años, el 80% del tiempo bajo las presidencias de José Macías, María Eugenia Márquez, Soria y Bravo de Laguna, con el paréntesis de José Miguel Pérez. Que durante 20 años atrás no se han hecho las cosas bien y ahora sí que se están haciendo, tal y como apuntan los datos y ellos sostienen con la boca chica. Y pasan de puntilla, claro, sobre el abandono del Estado para con estas islas durante los gobiernos del PP. Por cierto, no les he oído nunca denunciar este atropello.

Pero no salgo de mi asombro. Aunque en el reportaje de La Provincia se llega a afirmar que es ahora en Gran Canaria “cuando está empezando a recuperarse el pulso con la mejora de determinados indicadores que dibujan en el horizonte que el desigual crecimiento de los últimos años podrá corregirse en los próximos ejercicios” (qué pena que no se les ocurriera llevar a la portada y a cinco columnas que la isla repunta la crisis con buen pie), la realidad es que el tono de la información y de las declaraciones de los responsables del Círculo es profundamente pesimista, desalentador, victimista, desmotivador para los inversores y generador de estigmas negativos para Gran Canaria y sus instituciones, frente a los guays de Tenerife. Hasta Carlos Alonso, el presidente del Cabildo de Tenerife, de la mano de El Día, saca pecho y anuncia que “está dispuesto a mostrar al Cabildo de Gran Canaria la clave del éxito del dinamismo de Tenerife tal y como reconoce el Círculo de Empresarios de Gran Canaria”. Ante una aparente llamada de atención sobre una situación enquistada se esconde un mensaje claro: desde el Cabildo no se está dando respuestas. Aquí no se puede hacer nada, todo son trabas y en Tenerife, no. Y eso es totalmente incierto, como ellos mismos reconocen en el curso del reportaje. Lo que les gustaría realmente es que en Gran Canaria gobernara el PP y en Tenerife ATI y así repartirse el poder de las islas.

Y no es cierto que lo que afirman esté basado en ningún informe como se nos intenta vender sino en un comentario anónimo –de poco más de medio folio- en el blog de esa organización que dice que en Tenerife ha crecido más el turismo debido al lastre político y a las trabas burocráticas en la isla redonda y a que la administración pública tinerfeña poco menos que se ha echado la isla a la espalda con más inversiones públicas. Que todo son facilidades, que por lo tanto así han conseguido tener más turistas que nosotros, más hoteles, más creación de empresas y más generación de riqueza y empleo. Y que, claro, ya con la Ley del Suelo será todo la repanocha. Y sobre ese medio folio se construye toda esa parafernalia que les estoy relatando. No hay nada como ponerles la zanahoria a unos con la Ley del Suelo que lo va a salvar todo, desde la liberalización sin control del territorio, y a otro con la próxima adjudicación de los informativos de la tele canaria (apenas 210 millones en diez años) para alcanzar ese grado de fidelización y para conseguir enfrentar y dividir a los grancanarios…

Pero obvian lo más importante. Obvian y se callan que si Tenerife tiene más turistas, más camas y ha crecido más en empleo es porque ha sido la Ley Turística, aprobada por la CC que tanto defienden ahora, la que ha frenado el desarrollo turístico de Gran Canaria al impedir la construcción de hoteles de cuatro estrellas que es lo que demanda el empresariado, mientras se ha dado luz verde en Tenerife a la demanda de sus empresarios; que el Plan de Modernización realizado por el Gobierno, de acuerdo con el Ayuntamiento de San Bartolomé, lo han tumbado los tribunales por haberlo hecho incumpliendo la Ley (a lo mejor solo fue una equivocación); que el Ayuntamiento, incapaz de realizar su Plan General, le trasladó las competencias al Gobierno canario que se ha mostrado también incapaz de realizarlo (igual lo han intentado, pero Lopesan afirma que esta negligencia le ha impedido invertir más de mil millones); que el Gobierno se mandató reordenar el sector del Oasis y después pasó olímpicamente; que muchas de las obras paradas en el sur se deben también a conflictos entre empresarios (en esto si tiene razón el Círculo); que el peso de las inversiones y la administración pública se ha trasladado hacia Tenerife (Proexca, captación de recursos, proveedores para todas la consejerías y organismos…); que Gran Canaria es la isla que más aporta y la que menos recibe sin que nunca sepamos los datos reales; que nuestra universidad recibe un trato presupuestario injusto; que en Tenerife se falsificaron censos poblacionales para recibir más fondos… No estoy en contra de que a Tenerife le vaya muy bien. Que le vaya muy bien a cada una de las islas. Pero no vale jugar con cartas marcadas.

Y obvian los datos favorables a Gran Canaria. Y que en el último año y medio la inmensa mayoría de los indicadores de progreso económico son claramente favorables a esta isla. Obvian –y son datos insulares y no provinciales como están diciendo- que Gran Canaria es la isla donde se ha producido un mayor aumento del número de turistas (5 % de media superior a Tenerife); que el gasto turístico y la estancia media es mayor en Gran Canaria; que la variación interanual de cruceros es de un 79,53 % y la media de Canarias es del 53,42 %; que lideramos el proceso de renovación turística; que hemos facturado un 15 % más de ingresos turísticos frente al año anterior; que tenemos casi un punto menos de hogares bajo el umbral de la pobreza; que tenemos mejores índices de confianza empresarial, que los índices de crecimiento de la exportación de plátanos han aumentado en Gran Canaria en un 13,47 % frente a un 4,39 % en Tenerife; que tenemos un consumo energético mayor; que el aeropuerto de Gran Canaria mueve tres millones más de kilos de mercancías que los dos de Tenerife; que el Puerto de La Luz y de Las Palmas es muy superior en cruceros, mercancías y contenedores a los tinerfeños; que los superamos en más de cinco mil matriculaciones de vehículos particulares; que en importación y en exportación nuestros datos son muy superiores; que el incremento de transacciones inmobiliarias ha sido casi seis puntos más altos aquí; que en vivienda libre los precios son mayores en esta isla…

Y cuando dice que el Cabildo de Tenerife ha hecho un mayor esfuerzo inversor que el de Gran Canaria, permítanme que haga las siguientes preguntas. ¿Más inversiones en qué? ¿En carreteras? ¿En polígonos industriales? ¿En desaladoras? ¿En depuradoras? ¿En renovables? ¿En desarrollo industrial? ¿En desarrollo comercial? ¿En desarrollo agroindustrial? ¿En desarrollo portuario? ¿En infraestructuras culturales, deportivas, sanitarias…? Está meridianamente claro que eso no es así.

Llamo a la responsabilidad. Si en este último año y medio los indicadores económicos son buenos para Gran Canaria, no gastemos energía en enfrentamientos estériles. No mandemos mensajes negativos que puedan parar este crecimiento. No hagamos el juego a los que piensan que dividiéndonos lograrán frenarnos. Es la mayoría social la que debe velar porque esto no suceda. No podemos dejarlo en manos de algunos partidos políticos que solo buscan réditos partidistas o de interlocutores sociales que piensan antes en sus bolsillos y en sus intereses políticos que en el interés general. Sacar adelante a Gran Canaria debe estar por encima de intereses políticos o empresariales. Depende, insisto, de la gran mayoría social de esta isla nuestra. Es con ella con la que está el Cabildo, para defender Gran Canaria. Aunque resulte especialmente duro esquivar los embates que surgen de la propia isla.

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