Con la llegada del mes de julio Gáldar se engalana para presentar ante vecinos y visitantes su mejores galas durante sus Fiestas Mayores. Una ciudad que durante estos días luce orgullosa el legado de sus primeros pobladores. Cinco siglos más tarde, su semiótica es símbolo inequívoco de la cultura canaria e inspiración del artista Rito del Rosario, quien ha tomado el testigo de aquellos pintores que un milenio atrás decoraron el friso de la Cueva Pintada. Hoy su arte se traslada a las calles del municipio en fiestas, dejando su impronta en toda un conjunto de símbolos que ya ha enraizado en el imaginario colectivo de la sociedad galdense. Pintaderas, dragos y la cruz de Santiago se entremezclan para dotar al mes de Gáldar de una personalidad e identidad propia con la que todos sus vecinos se sienten identificados.

El taller del Instituto Municipal de Toxicomanías, dependiente del Ayuntamiento de Gáldar, es cada año por estas fechas el epicentro donde toda la parafernalia festiva toma forma. La imaginación y creatividad de Rito, con la colaboración del programa de menores del centro hace el resto, innovando cada año para sorprender a sus vecinos.

La novedad de esta edición es más llamativa, y, por lo tanto, trabajosa aún si cabe. 115,25 metros de tela que cubren el “cielo” de la Calle Capitán Quesada entre los nuevos arcos decorativos instalados en la calle principal de la ciudad y en los que Rito ha trabajado durante meses. Paseando por sus adoquines centenarios y mirando al cielo nos encontramos con una bóveda imaginaria en la que las manos de Rito han dado forma a los motivos geométricos aborígenes y al drago, símbolo de Gáldar, cuyas ramas, decía Rito, “se extienden por ella como si quisieran abrazar a los miles de visitantes que la ciudad acogerá las próximas semanas”.

Al igual que los paneles de arpillera, que desde hace años decoran los alrededores de la Plaza de Santiago, estos lienzos suponen una alegoría a las dos realidades de Gáldar, las dos caras de una misma moneda que representan los motivos referentes a su pasado aborigen junto a la cruz de Santiago, la ciudad castellana que da lugar a la actual Gáldar.

De su imaginación también han nacido las decenas y decenas de caballitos, que desde hace dos años cabalgan Calle Larga arriba la noche del 22 de julio recuperando una tradición centenaria con la Danza y Zambra de los Caballitos de Fuego de Santiago. Esta semana Rito se halla inmerso en la confección de la decoración del frontis del Templo de Santiago para la Romería Ofrenda, pero a partir del próximo lunes ya advertía que el trabajo se traslada a las “cuadras” de estos particulares caballitos, donde descansan durante todo un año aguardando su noche.

Rito lleva dedicado a las fiestas del municipio desde hace más de dos décadas, cuando comenzó, allá por el año 1992, con el diseño de los escenarios del Carnaval. Con la llegada del nuevo milenio, en el año 2000, recibe el encargo de diseñar también los escenarios de las fiestas de Santiago, epicentro de la actividad festiva por la que han pasado decenas de artistas y que han sido el centro de todas las miradas durante las Fiestas Mayores. Durante 14 años fue el artífice de estas creaciones, destacando los dedicados a la antigua Agáldar, o más recientemente a artistas galdenses como Antonio Padrón o Borges Linares.

Hasta pasado el 25 de julio, Rito no parará de trabajar para que, como hemos dicho, Gáldar luzca sus mejores galas en su mes más importante, aunque el fin de las fiestas no será más que el comienzo de 365 de trabajo e imaginación para volver a sorprender en la edición de 2018. Sirvan estas líneas de pequeño homenaje a un artista que desde su humilde posición, casi desde el anonimato, ha contribuido a engrandecer nuestras Fiestas y que sean lo que son hoy en día.