El pago de Juncalillo vivió este sábado uno de sus días más brillantes del año. Cerca de 2000 personas cumplieron un año más, y van 99, con el voto realizado por los vecinos de los Altos de Gáldar a Santo Domingo de Guzmán de subir al pinar y ofrendarle la enramada en el pórtico de la ermita.
Fue en 1918 -si bien la fiesta de la rama en Juncalillo aparece documentada en fechas anteriores- cuando los feligreses, con el capellán al frente, hacen una promesa a Santo Domingo de Guzmán, en agradecimiento por el hecho de no haberse producido víctima alguna ni daños personales tras el paso de un viento huracanado que arrasó con la cubierta de la iglesia, que fue a parar a un caserío a unos cien metros de distancia, y ocasionando daños en viviendas contiguas.
Este hecho, atribuido a un milagro del santo protector, sería el punto de partida de una tradición que cumple en esta edición de 2017 su 99ª edición, aspirando a ser declarada Bien de Interés Cultural.
Precisamente con esa intención, el Pleno del Ayuntamiento de Gáldar aprobó el pasado mes de julio el inicio del expediente, en el que se lleva años trabajando de manera conjunta con los vecinos del barrio, que posteriormente será trasladado al Cabildo de Gran Canaria, con el objetivo de que Gáldar cuente con su primera fiesta –y una de las pocas a nivel regional- declarada BIC.
Desde muy temprano las calles respiraban fiesta. La diana amenizada por la Banda de Agaete anunciaba la salida de los romeros hacia el pinar de Tamadaba, en busca de las grandes ramas de pino que caracterizan esta fiesta. Otros, muy madrugadores también, hacían lo propio hasta el cruce de los garajes, en los altos del pago, desde donde hace unos años se ha marcado el inicio de la enramada.
Y así comienza la comitiva, discurriendo por estrechos caminos ladera abajo, bailando con ramas de más de 3 metros al son de la Banda de Agaete. Al llegar a la plaza del pueblo, el párroco de las medianías, Roberto Rivero, aguardaba la llegada de los romeros junto al alcalde de la ciudad, Teodoro Sosa, el concejal de Cultura, Julio Mateo, y el consejero de Cultura del Cabildo grancanario, Carlos Ruiz para posteriormente dar las tres vueltas de rigor a la ermita.
Se abre a partir de ahora una ilusionante cuenta atrás hasta el 11 de agosto de 2018, cuando Juncalillo celebre una nueva edición de su fiesta, la más esperada de todas al cumplirse su primer centenario. Un programa en el que ya se está trabajando y para el que todos esperan que llegue con la declaración de la fiesta como Bien de Interés Cultura.
No es de extrañar que el propio pueblo de Juncalillo quiera que sea declarada BIC. Maravillosa rama.